El pánico se desató la jornada de este pasado lunes en una tienda de IKEA en Shanghái, China, luego que las autoridades locales intentaron confinar al personal y los compradores tras un contacto con una persona covid positiva.
Se trató del caso de un cliente que estuvo presuntamente en contacto con un niño contagiado de covid-19, acción que encendió las alarmas en la tienda sueca.
Este es un claro ejemplo de la política local de “cero covid”. Se trata de una normativa que ha enfadado a los ciudadanos y que además afecta al desarrollo de la economía, ya que la mantiene en una constante pausa.
Es importante destacar que las estrictas medidas han ayudado a contener el virus y a mantener bajas las tasas de mortalidad. Pese a esto, también se han perturbado las cadenas de suministros y golpean a la demanda local de bienes y servicios.
A raíz de lo anterior es que Pekín culpa a la pandemia por la marcha de la economía. Esto no ha dejado otra opción que recorte de tipos de interés para sostener el crecimiento.
Pánico en IKEA de Shanghái y normas “cero covid”
Pese a esto, hay mucho otros problemas que preocupan a China. El más grande de ellos es la crisis de deuda inmobiliaria, que obliga a algunos a saldar hipotecas o a vivir en apartamentos sin terminar.
Esto, mientras que las empresas inmobiliarias aún se recuperan de los efectos negativos que dejaron los momentos más oscuros de la pandemia, según constató la DW.
“Gastamos todos nuestros ahorros para comprar. Pasaron 5 años y todavía no podemos vivir allí, es insostenible. Debido a la pandemia es difícil mantener nuestros ingresos y aún hay que pagar la casa y el auto”, comentaron algunos residentes de Shanghái.
Cabe destacar que más allá de este caso en la tienda IKEA de Shanghái, la ciudad más de una vez se ha tenido que confinar ante el más mínimo brote de covid-19.