Un edificio colonial de 1930 construido frente al mar quedó en manos de los manifestantes el pasado 9 de julio cuando miles de personas, enardecidas por la crisis económica en la que está sumergida Sri Lanka.
Estas semanas los manifestantes derribaron los controles de seguridad de la Secretaría, el despacho del primer ministro y el palacio presidencial.
El entonces presidente Gotabaya Rajapaksa se vio obligado a salir primero su residencia oficial, y luego a abandonar el cargo y el país ante las masivas protestas.
Los protestantes acordaron días después devolver varias de estas instalaciones, tras días recorriendo los pasillos del palacio presidencial.
Pes a esto, la Secretaría de la Presidencia en el corazón de la capital, quedó en manos de los manifestantes como botín simbólico de la inédita revuelta.
40.000 libros donados
Dos hileras de sillas y una colección de unos 40.000 libros donados por los propios manifestantes ocupa ahora el salón de entrada del edificio neobarroco.
Se trata de una estructura que se consrtuyó durante la era colonial británica y que albergó una vez el Consejo Legislativo de la antigua Ceilán.
A las estatuas de DS Senanayake, Dudley Senanayake, Sir John Kotalawela, los primeros dirigentes de Ceilán, se les cubrió con mascarillas, según se ve en redes sociales.
Esto, mientras que una bandera negra y el estandarte de “la marcha de la lucha del pueblo” son ahora los símbolos del edifico de casi un siglo de antigüedad.
“Lo que tenemos aquí es la única biblioteca en el mundo que fue creada por manifestantes para la gente del país, esta es la biblioteca del amor, como la batalla que hemos dado”.
Así lo explicó Prathiba, la bibliotecaria voluntaria que dirige ahora la instalación y visitada desde entonces por medio millón de personas.
Movimiento contra la corrupción en Sri Lanka
El movimiento, que consiguió su cometido hace una semana con la renuncia de Rajapaksa tras huir del palacio presidencial por la revuelta, aseguró que devolverá al Gobierno el edificio.
Lo anterior, únicamente cuando el poder esté en las manos correctas y no en la de corruptos.
Con ello se refieren al actual presidente interino del país, Ranil Wickremesinghe, hasta hace poco primer ministro, que ascendió al poder tras la renuncia de Rajpaksa.
Wickremesinghe es uno de los tres políticos que presentaron su candidatura este martes a la presidencia del país, que será decidida mañana en el Parlamento.
Wickremesinghe ha sido primer ministro al menos cinco veces y se ha postulado dos veces a la presidencia de Sri Lanka. Si sale victorioso de la votación la librería seguirá abierta, asegura Prathiba.
“Los corruptos no volverán”, aseveró la bibliotecaria.