El presidente de Sri Lanka, Gotabaya Rajapaksa, comunicó al primer ministro Ranil Wickremesinghe que va a dimitir, tal y como había anunciado, según informó la oficina del alto funcionario el lunes.
El presidente del Parlamento había dicho que Rajapaksa dimitiría el miércoles, después de que miles de manifestantes asaltaran la residencia oficial del mandatario. Wickremesinghe dijo que también renunciará, para permitir un un gobierno interino de todos los partidos.
Colombo estaba en calma el lunes, mientras cientos de personas entraron en la secretaría y la residencia del presidente, y recorrieron los edificios de la época colonial. La policía no intentó detener a nadie.
“No iremos a ninguna parte hasta que este presidente se vaya y tengamos un gobierno aceptable para el pueblo”, dijo Jude Hansana, de 31 años, que lleva desde principios de abril protestando frente a la residencia. “La lucha del pueblo es por unas reformas políticas más amplias. No solo para que el presidente se vaya. Esto es solo el principio”, agregó.
Otro manifestante, Dushantha Gunasinghe, dijo que había caminado a Colombo desde una ciudad a 130 km de distancia, debido a la escasez de combustible, y que finalmente llegó el lunes por la mañana.
“Estoy tan agotado que apenas puedo hablar”, dijo el joven de 28 años mientras se sentaba en una silla de plástico frente a la oficina del presidente. “Vine solo hasta aquí porque creo que tenemos que ver que esto se acabe. Este gobierno tiene que irse y necesitamos mejores líderes”, añadió.
Rajapaksa y Wickremesinghe no estaban en sus residencias cuando los manifestantes irrumpieron en los edificios y no han sido vistos en público desde el viernes. Se desconoce su paradero.
Los expertos constitucionales afirman que una vez que el presidente y el primer ministro dimitan, el siguiente paso sería que el Parlamento vote por un nuevo presidente en un plazo de 30 días. Este debería completar el mandato de Rajapaksa, que debía terminar en 2024.