Tetsuya Yamagami, procedente de la ciudad de Nara, en el oeste de Japón, fue arrestado por intento de asesinato -ahora consumado- mientras sostenía un arma con la disparó al menos dos veces al exmandatario nipón. Según habría confesado, se encontraba “insatisfecho” con el exmandatario por lo que “se dirigió a matarlo”, de acuerdo con fuentes policiales.
Asimismo, informaron que noventa investigadores están asignados al caso.
Según fuentes del Ministerio de Defensa japonés, el supuesto agresor trabajó en la rama naval de las Fuerzas de Autodefensa, encargadas de la defensa del archipiélago, durante tres años hasta 2005.
El exmandatario nipón recibió este viernes disparos similares a los de una escopeta mientras ofrecía un discurso de campaña en la calle cerca de una estación de tren en la ciudad de Nara.
El autor del ataque fue inmovilizado en el mismo lugar de los hechos por los servicios de seguridad de Abe antes de ser detenido por la policía, según puede verse en imágenes captadas por la cadena estatal NHK.
Numerosos testigos presenciales captaron otros vídeos que se hicieron virales y en los que se aprecia el momento del disparo, que dejó una nube de humo, y a Abe en el suelo siendo atendido por los servicios médicos.
Yamagami disparó presuntamente al político con un arma de fabricación casera similar a una escopeta y construida ensamblando varios tubos. La policía registró su domicilio en Nara tras los hechos y halló otros artefactos como pistolas y explosivos.
El exmilitar confesó a la policía que había fabricado él mismo todo este armamento.
Por el momento no han trascendido más detalles sobre sus motivaciones, pese a que señaló su descontento con Abe y sus planes para matarlo, pero dijo también a la policía que “no le guardaba ningún rencor por sus principios políticos”.
El líder conservador se encontraba hoy en un acto de campaña para las elecciones parciales a la Cámara Alta de la Dieta (Parlamento de Japón) que se celebran este domingo, en las que el Partido Liberal Democrático (PLD) de Abe y del actual primer ministro, Fumio Kishida, espera revalidar su amplia mayoría.
Los mítines electorales suelen celebrarse en Japón en plena calle y con escasas medidas de seguridad, debido al bajo índice de criminalidad y de ataques con armas de fuego propios del país asiático.