“Es imposible imitar una situación estable y pacífica en Xinjiang, no necesitamos ocultar nada”, defendió el portavoz del Gobierno de la región, Xu Guixiang, subrayando que el gigante asiático es un país “abierto, sincero y transparente”.
Así, ha garantizado que “nunca se ha producido un genocidio” y ha descartado que existan campos de concentración en los que internar a la minoría étnica musulmana uigur, tal y como han denunciado organizaciones internacionales.
Este lunes, el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, se reunió con Bachelet y dijo confiar en que la visita ayude a disipar las “mentiras y rumores sobre la situación de los Derechos Humanos en China”, según informaciones de la cadena de televisión CGTN. Bachelet se encuentra en el país para una visita que se alargará hasta el 28 de mayo y en la que tiene prevista reunirse con altos cargos y representantes de la sociedad civil.
En este sentido, destacó que el país “da prioridad el derecho a su subsistencia” y hrecordó que China alimenta a “casi un quinto de la población global”. Además, hizo hincapié en que el país cuenta con el mayor sistema de seguridad social del mundo.
El viaje a Xinjiang es una de las prioridades de Bachelet, dado que la región es motivo recurrente de críticas contra el Gobierno chino en el ámbito internacional. A finales de agosto de 2018, el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de la ONU denunció que hasta un millón de personas de la etnia uigur podrían estar recluidas en “campos de reeducación” en Xinjiang.
Archivos pirateados a policía china revelan alcance de detenciones de uigures
A horas de iniciar la visita de Bachelet, miles de fotografías del sistema penitenciario altamente secreto en Xinjiang, así como una política de disparar a matar para aquellos que intentan escapar, fueron publicados por la cadena británica BBC como parte de unos datos pirateados de los servidores informáticos de la policía en esa región china.
Los llamados Archivos de la Policía de Xinjiang fueron entregados a la BBC a principios de este año y, después de meses de investigación para establecer su autenticidad, se pudo demostrar que facilitan importante información sobre el internamiento de los uigures de la región y de otras minorías.
El archivo, agrega la emisora, revela en detalle el uso por parte de China de campos de “reeducación” y detenciones masivas de uigures.
La afirmación del gobierno de que los campos de reeducación construidos en Xinjiang desde 2017 no son más que “escuelas” son una contradicción con las instrucciones policiales internas, las listas de vigilancia y las imágenes de los detenidos.
Además, hay un uso generalizado de cargos de terrorismo, que ha llevado a miles a ser retenidos en cárceles, y hay folios policiales con condenas arbitrarias y draconianas, agrega la BBC.
Los documentos proporcionan algunas de las pruebas más sólidas hasta la fecha de una política dirigida contra cualquier expresión de identidad, cultura o fe islámica uigur, y de una cadena de mando que llega hasta el líder chino, Xi Jinping.
Los archivos pirateados contienen más de 5.000 fotografías policiales de uigures tomadas entre enero y julio de 2018, y, utilizando otros datos adjuntos, se puede demostrar que al menos 2.884 de ellos han sido detenidos, señala la cadena.
La condena del Reino Unido
Tras salir a la luz esta información, la ministra británica de Asuntos Exteriores, Liz Truss, dijo que los detalles sobre violaciones de los derechos humanos en Xinjiang se suman a “los testimonios de primera mano, imágenes de satélites y visitas de nuestros propios diplomáticos a la región”.
“Nuevas pruebas muestran el extraordinario alcance de los ataques de China contra los musulmanes uigures y otras minorías étnicas, incluido el trabajo forzoso, las severas restricciones a la libertad de religión, la separación de los padres de sus hijos, el control forzoso de la natalidad y el encarcelamiento masivo”, añadió.
La jefa de la diplomacia británica resaltó que su país apoya a sus socios internacionales para “denunciar la atroz persecución de los musulmanes uigures y otras minorías por parte de China. Seguimos comprometidos para hacer que China rinda cuentas”.
Al mismo tiempo, la ministra pide a China que facilite a la alta comisionada de la ONU “acceso total y sin restricciones” a la región para que pueda hacer un análisis exhaustivo de los hechos.
“Si ese acceso no se produce, la visita solo servirá para resaltar los intentos de China por ocultar la verdad de sus acciones en Xinjiang”, agregó Truss.