Bachelet aterrizó este lunes en China, recoge la agencia oficial Xinhua, en la que es la primera visita de un responsable de este cargo desde 2005.
En los últimos años, se ha denunciado que cientos de miles de uigures y otras minorías musulmanas de esa provincia han sido privados de libertad en presuntos “centros de reeducación”.
Gobiernos principalmente occidentales y grupos defensores de los derechos humanos acusan a Pekín de emprender una campaña masiva de detención de cientos de miles de uigures en estos campos con el argumento de frenar la expansión de ideas yihadistas en esta comunidad compuesta por unos 13 millones de personas.
Pekín, que ha calificado en alguna ocasión las acusaciones como “la mentira del siglo”, argumenta que no se trata de campos de reeducación, sino “centros de capacitación vocacional”, en el marco de un programa para mejorar la economía y sociedad de la región, que ha sufrido en las últimas décadas atentados terroristas de corte yihadista.
Las denuncias sobre violaciones de derechos humanos del régimen comunista chino contra la población uigur en Xinjiang motivaron que varios países, entre ellos Estados Unidos, promovieran un boicot diplomático en los pasados Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín, y que antes dictaran sanciones contra China.
Tras anunciarse su viaje a China, cerca de 200 organizaciones expresaron a través de un comunicado su temor a que Bachelet sufra restricciones durante su estancia en el país asiático que le impidan conocer las graves violaciones de derechos humanos en Xinjiang y otras zonas del país.
La visita, añadieron, no es excusa para que la oficina que dirige Bachelet continúe retrasando la publicación de su informe sobre las violaciones de los derechos humanos que sufren los uigures, que la propia alta comisionada confirmó que estaba siendo finalizado en septiembre de 2021.
Organizaciones como Human Rights Watch expresaron la semana pasada su temor a que el Gobierno chino utilice la visita como una “treta publicitaria”, advirtiendo que la credibilidad de la expresidenta chilena “está en juego”.
Se espera que Bachelet visite la ciudad de Cantón (sur) y las de Urumqi y Kashgar, ambas en Xinjiang, y que se reúna con altos cargos a nivel nacional y local, imparta una conferencia en la Universidad de Cantón y dé una rueda de prensa en el último día de la visita.
Un grupo de avanzada de la oficina de Naciones Unidas que dirige Bachelet llegó a China el 25 de abril con el fin de preparar la visita de la alta comisionada, aunque durante parte de este viaje preparatorio, que también incluyó desplazamientos a Xinjiang, el equipo tuvo que hacer cuarentena debido a la pandemia de covid.
“China espera que la visita de Bachelet promueva los intercambios y la cooperación entre los dos lados y que juegue un papel activo a la hora de avanzar en la causa internacional de los derechos humanos”, dijo hoy el portavoz de Exteriores Wang Wenbin en rueda de prensa sobre la visita, de la cual la prensa oficial apenas ha hecho mención estos días.