Shanghái planea que la vida en la ciudad recobre “totalmente” la “normalidad” antes de finales de junio, anunciaron hoy sus autoridades tras mes y medio de estricto confinamiento ante su peor brote de covid-19 desde el inicio de la pandemia.
La metrópolis de Shanghái prevé entrar el 1 de junio en una etapa de “gestión normalizada” que dé paso gradualmente hacia un “orden normal de producción y vida en la ciudad”.
Así se anunció en rueda de prensa la teniente de alcalde de la urbe, Zong Ming, recoge el medio local The Paper.
Esta sería la última de las tres etapas en las que el Gobierno municipal divide ahora la gestión de la pandemia para las próximas semanas.
La primera, hasta el 21 de mayo, se centrará en evitar un aumento de contagios mientras se reduce el número de habitantes confinados aunque todavía con “movimiento limitado”, “control efectivo” y “un nivel bajo de actividad social”.
En la siguiente, entre el 22 y el 31 de mayo, se producirá la ya anunciada “transición” hacia la normalización de las medidas, regresando desde el actual sistema de clasificación de zonas según su nivel de confinamiento al habitual de riesgo bajo, medio o alto.
En ese período también se comenzarán a reanudar “gradualmente” las operaciones del transporte público.
Siguen cayendo los contagios en Shanghái
Shanghái informó hoy de 958 nuevos contagios (el 91 %, asintomáticos), bajando así del millar por primera vez desde el 24 de marzo, y muy lejos del pico de casi 28.000 registrado hace algo más de un mes.
Desde finales de marzo, la ciudad ha registrado más de 57.000 casos confirmados -es decir, sintomáticos, ya que los asintomáticos no engrosan la cifra oficial de contagiados- y un total de 575 fallecimientos.
Por el momento sigue habiendo casi 4.100 hospitalizados, de los que 261 se encuentran en estado grave y 65, críticos.
Según Zong, 15 de los 16 distritos de la ciudad ya han alcanzado “cero transmisión social”, término que alude a una coyuntura en la que, durante tres jornadas consecutivas, se detecte menos de un contagio entre cada 100.000 residentes de las zonas “precautorias” y “controladas”, así como en las que ya han sido desconfinadas.
Las zonas “controladas” de la ciudad son aquellas urbanizaciones en las que los residentes pueden moverse por las zonas comunes, mientras que en las “precautorias” sus residentes pueden salir del complejo aunque no de los límites del distrito.
Ante la caída de los contagios, el Gobierno local ya había anunciado el pasado viernes que esperaba cortar la transmisión de la covid fuera de zonas aisladas y centros de internamiento de contagiados a mediados del presente mes, aunque no había especificado una fecha concreta para ello.
Este sábado, el diario local Shine informaba del cierre de cinco de los diez centros de internamiento erigidos a nivel municipal para aislar a los contagiados, y aseguraba que en esos complejos solo quedaban unas 50.000 personas.
Continúan las restricciones en Pekín
Mientras, en Pekín continúan las restricciones ante el pequeño pero incesante goteo de casos -hoy se contabilizaron 39- ante el que se han decretado confinamientos selectivos en varias zonas de la capital china, la suspensión de las clases escolares, el cierre de espacios de interior o la recomendación de trabajar desde casa.
Los residentes se sometieron durante los últimos tres días a sendas rondas de PCR bajo la advertencia de que quienes no se sometieran a ellas verían aparecer en la aplicación de seguimiento para el coronavirus una notificación que impide la libre circulación hasta que no se cuente con un resultado negativo.
El número total de infecciones desde que comenzó el actual rebrote -el pasado 22 de abril- se eleva a 1.113.
El Gobierno chino continúa inamovible en su política de “cero covid”, aplicada de forma implacable durante los últimos rebrotes a causa de la contagiosa ómicron y que tiene su exponente más extremo en Shanghái.
La dureza de las medidas han provocado innumerables quejas incluso en la Universidad de Pekín, de especial carga simbólica dado que en ella se iniciaron las protestas de 1989 reprimidas durante la masacre de Tiananmen.
Según muestran vídeos distribuidos por Twitter, un grupo de alumnos se reunió anoche para protestar ante los funcionarios en contra de la construcción de unas vallas para aislar el centro de un bloque residencial en la que vive personal que trabaja en la universidad.
Los estudiantes expresaron su descontento con el confinamiento que se les ha impuesto, puesto que deben permanecer en todo momento en los dormitorios del campus mientras que quienes viven fuera de él sí pueden entrar y salir del recinto.