El acuerdo, anunciado por el expresidente del país y líder del Partido de la Libertad de Sri Lanka (SLFP), Maithripala Sirisena, tuvo lugar tras una reunión entre el mandatario y los principales representantes políticos, y se trata de una de las medidas más drásticas adoptadas por las autoridades ceilandesas desde el estallido de una de las peores crisis políticas y económicas que se recuerdan en el país.
El presidente Rajapaksa nombrará, como siguiente paso, un consejo nacional encargado de la designación de una nueva cúpula de Gobierno, así como nuevos responsables de altas instituciones del país.
“El presidente ha consentido la formación de un Consejo de Ministros en funciones, liderado por un nuevo primer ministro”, ha anunciado Sirisena -figura de enorme influencia nacional y responsable de los Rajapaksa- a través de un Consejo Nacional que también designará a un nuevo fiscal general, un nuevo inspector general de Policía a incluso a un número todavía no determinado de secretarios de Estado.
Se esperan aproximadamente entre 15 y 20 nuevos nombramientos, según declaraciones del expresidente recogidas por el portal de noticias Newsfirst.
El Gobierno de Sri Lanka todavía no se ha pronunciado oficialmente sobre la reunión pero un alto cargo bajo condición de anonimato puntualizó al ‘Daily Mirror’ que el presidente Rajapaksa pidió al SLFP que demuestre por escrito que cuenta con el respaldo suficiente entre el resto de partidos como para nominar a un nuevo primer ministro.
De momento no hay una clara estimación del número de apoyos con los que cuenta exactamente el primer ministro. Según fuentes del Gobierno, este pasado jueves, la mayoría de diputados del Parlamento (117 de 225) se mostraron a favor de la continuidad de Rajapaksa, pero el diputado opositor y ex ministro Udaya Gammanpila estimó a principios de semana que al menos 120 diputados se habían declarado en contra del mandatario.
Hay que recordar que el primer ministro Rajapaksa ha reiterado desde el estallido de las protestas que no tiene intención alguna de abandonar su cargo e incluso se ha propuesto a sí mismo para liderar cualquier nuevo Ejecutivo.
El expresidente Sirisena no ha dado en ningún momento plazos sobre este procedimiento, a la espera de los resultados de las cruciales negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) de cara a un préstamo de emergencia para aliviar la crisis económica.
El anuncio tuvo lugar un día después de la huelga general y el millar de manifestaciones multitudinarias para exigir el cambio de Gobierno -esta vez organizadas por los sindicatos- en las calles de la capital financiera del país, Colombo, y en más de una decena de ciudades como Matara, Kurunegala, Kandy, Anuradhapura, Chilaw, Kegalle y Gampah.
La pandemia y la crisis energética derivada de la guerra en Ucrania han terminado por explotar en un país de por sí bajo una gran presión social entre acusaciones de corrupción y nepotismo contra el Gobierno del presidente Rajapaksa, quien desde hace semanas se las vez con importantes protestas por toda la isla.
Los precios del pan y del combustible se han disparado y cientos de personas han sido detenidas en las últimas semanas dentro de las manifestaciones contra el mandatario, que llegó a declarar el estado de emergencia y cambió a la práctica totalidad del Consejo de Ministros -salvo a su hermano- para apaciguar los ánimos.
Colapso económico
Las conclusiones preliminares de las negociaciones de la semana pasada con el FMI no fueron todo lo exitosas que desearía el Gobierno ceilandés. El ministro de Finanzas, Alí Sabri, reconoció que el FMI considera que Sri Lanka es incapaz de reembolsar préstamos anteriores, por lo que ahora las conversaciones se están centrando en una reestructuración de la deuda contraída por el país.
El ministro, que se negó a declarar el país en estado de “impago”, reconoció que hacen faltan entre 3.000 y 4.000 millones de dólares para salir adelante antes incluso de recibir cualquier nuevo préstamo del FMI. Para ello cuenta con vías alternativas, como el Banco Asiático de Desarrollo (ADB) o el Banco Mundial, organización que podría proporcionar el dinero necesario para cubrir los tramos que ya adeuda en forma de “financiación puente”, aseguró.
Mientras tanto, la inflación se ha disparado en un abril un 30% mientras que el IPC en Colombo ha aumentado un 29,8% respecto del año anterior, según el informe presentado este viernes por el Departamento de Censos y Estadísticas en un comunicado recogido por Bloomberg.
El banco central, que elevó los tipos de interés en 900 puntos básicos desde un mínimo registrado durante el apogeo de la pandemia, se reunirá el próximo 19 de mayo para revisar su política económica.