Las autoridades kazajas extendieron hoy el estado de emergencia a todo el territorio nacional tras el incremento de los disturbios en Almaty y otras ciudades de Kazajistán, con la toma de sedes administrativas y servicios, vandalismo, violencia y hasta derribo de estatuas.
Incluso lograron tomar el aeropuerto de la ciudad, que canceló todos sus vuelos. “El servicio de seguridad del aeropuerto nos dijo: disculpen, el aeropuerto ha sido tomado. Hoy no habrá vuelos”, informó el bloguero kazajo Alisher Yelikbáyev, citado por la agencia rusa Interfax en medio de un corte total de internet en la nación centroasiática que impide el acceso a los medios de prensa locales.
Según informó la agencia rusa TASS, la medida de las autoridades sigue a la aprobada anteriormente por el presidente kazajo, Kasim-Yomart Tokáyev, quien decretó el estado de emergencia hasta el 19 de enero en las regiones de Mangystau y Almaty, así como en la propia ciudad de Almaty y Nur-Sultán.
Las protestas se desataron el pasado 2 de enero tras el alza del precio del gas licuado, principal combustible automotriz del país, que pasó de valer 60 tenge por litro (0,14 dólares) a valer 120 tenge por litro (0,28 dólares).
Las reclamaciones inicialmente económicas de las protestas han derivado paulatinamente en políticas, con la principal exigencia de poner fin al “régimen de Nazarbáyev”, a quien acusan de todavía mantener el poder político en Kazajistán a la sombra del actual mandatario.
La situación en el país, y especialmente en Almaty, donde se observan los mayores disturbios, es extremadamente tensa, y ha ocasionado graves daños, tanto humanos como materiales.
El propio presidente kazajo admitió que “hay muertos y heridos”, aunque no ofreció ninguna cifra, mientras que la administración local afirmó que más de 500 personas habían sufrido lesiones, además de cuantiosos daños a inmuebles y vehículos.
Según los medios locales, los manifestantes, muchos de los cuales portan armas de fuego, continúan destrozando la residencia del presidente en esta ciudad, luego de que la policía abandonase el local.
En el centro de la ciudad, donde también fue tomado el departamento de la Policía, se pueden ver decenas de autos incendiados por los manifestantes, incluyendo vehículos de la policía, ambulancias y coches de bomberos.