Autoridades de la minoría karenni, un grupo rival a la junta militar birmana, denunciaron que las 35 víctimas halladas muertas en Navidad fueron quemadas vivas dentro de sus vehículos por soldados birmanos.
La Policía del Estado Karenni señaló que los “civiles”, incluidos al menos tres menores, fueron quemados vivos el 24 de diciembre, consignó este martes el medio Mizzima.
Eso tras ser detenidos por soldados del Batallón 108 de la Brigada 66 cerca de la aldea Moso, en la municipalidad de Hpruso, estado Kayah (Karenni), en el oeste del país.
Según el cuerpo de seguridad del Consejo Consultivo del Estado Karenni (KSCC, en su siglas en inglés), las víctimas tenían las manos atadas en la espalda y la boca cerrada con cinta adhesiva.
La masacre fue recibida con consternación por el coordinador de Naciones Unidas para la ayuda de emergencia, Martin Griffiths, que el 26 de diciembre condenó la masacre y pidió una investigación.
“Informes creíbles aseguran que al menos 35 personas, incluido al menos un niño, fueron obligadas a abandonar sus vehículos, asesinadas y quemadas”, aseguró Griffiths en un comunicado en el que se mostró “horrorizado” por lo ocurrido.
La ONG Save the Children confirmó más tarde que dos de sus trabajadores se encontraban entre los cadáveres calcinados descubiertos, así como al menos cuatro menores.
La matanza también fue condenada por el Consejo de Seguridad de la ONU, que pidió una investigación y destacó la “necesidad de asegurar la rendición de cuentas en torno a este hecho” y el respeto por “los derechos humanos y la seguridad de los civiles”.
Junta se defiende
La junta militar birmana ha negado la masacre en Moso y el 2 de enero publicó una nota de prensa para dar detalles de lo ocurrido en el diario oficialista Global New Light of Myanmar, que se publica en inglés.
De una manera un tanto confusa, las autoridades castrenses explicaron que el 24 de diciembre los soldados detuvieron a unos vehículos que desobedecieron la orden y luego fueron atacados con lanzagranadas.
“Unos 10 terroristas que estaban en una colina con lanzacohetes, lanzagranadas de 44 milímetros y otras armas”, dice la nota de prensa, que identifica a los atacantes como miembros de la guerrilla Fuerza Nacional para la Defensa Karenni (KNDF, en inglés) y de la Fuerza de Defensa del Pueblo.
Las autoridades indican que respondieron con fuego y que mataron a varios de los atacantes, al tiempo que ardieron varios vehículos, pero las circunstancias no están claras.
Birmania (Myanmar) ha entrado en una espiral de crisis y violencia desde que los militares liderados por Min Aung Hlaing tomaron el poder el 1 de febrero de 2021 en un golpe de Estado que derrocó al Gobierno democrático de Aung San Suu Kyi, actualmente bajo arresto.
Además de protestas pacíficas y un movimiento de desobediencia civil, se han formado milicias civiles que han tomado las armas junto a las guerrillas étnicas que llevan en conflicto con el Ejército birmano desde hace décadas.
Once meses después de la asonada, la junta militar sigue sin tener el control completo del país a pesar de la brutal violencia utilizada contra la disidencia.
Hasta la fecha, esta ha causado casi 1.400 muertos y más de 11.300 detenidos, según la Asociación de Asistencia a los Prisioneros Políticos.