Al menos 31 personas han muerto y más de 328.000 han sido desplazadas debido al tifón Rai que ha provocado destrozos e inundaciones en la región central de Filipinas, informó este sábado la agencia de desastres.
En su último informe, el Consejo Nacional de Gestión y Reducción del Riesgo de Desastres, señaló que de los desplazados sólo 2.283 se encuentran en centros de evacuación, mientras que hay 193 localidades sin electricidad y 22 carreteras dañadas.
El embate del tifón, conocido como Odette en el país y el decimoquinto en llegar a Filipinas este año, ha pasado por un total de nueve islas, donde ha destruido las comunicaciones en algunas áreas y arrancando los techos y provocado daños en numerosos edificios.
El tifón, que tocó tierra el jueves con vientos de hasta 240 kilómetros por hora, se ha debilitado algo, con vientos de hasta 185 km por hora mientras sale de Filipinas hacia el mar de China Meridional, según la agencia de meteorología PAGASA.
El corte de carreteras y las inundaciones están dificultando las tareas de los equipos de rescate en islas como la de Siargao, que ha quedado prácticamente inundada.
Un promedio de 20 tifones azotan Filipinas cada año y el más destructivo fue el supertifón Haiyan, el mayor de la historia reciente de Filipinas y que en noviembre de 2013 golpeó las islas de Samar y Leyte, matando a unas 7.000 personas y dejando a 200.000 familias sin hogar.
Filipinas es uno de los países más vulnerables a la crisis climática debido a los desastres naturales y, además, se asienta sobre el llamado “Anillo de Fuego del Pacífico”, una zona que acumula alrededor del 90% de la actividad sísmica y volcánica del planeta.