La presidenta de Taiwán confirmó la presencia de un número reducido de tropas de EEUU para ayudar a formar al ejército de la isla, provocando una enérgica reacción de parte de China.
“Nos oponemos con firmeza a cualquier forma de intercambios oficiales y contactos militares entre Estados Unidos y Taiwán”, dijo un portavoz de la diplomacia china, Wang Wenbin.
En un editorial, el diario nacionalista chino Global Times afirmó de su lado que “con la presencia de soldados estadounidenses en Taiwán, se cruzó una línea roja”.
En una entrevista con la cadena estadounidense CNN grabada el martes pero emitida el miércoles, la presidenta taiwanesa Tsai Ing-wen describió a la isla como un “faro” de la democracia en la región que se enfrenta a su gigante vecino, cuya amenaza crece “cada día”.
A principios de mes, una fuente del Pentágono confirmó por primera vez la presencia de tropas estadounidenses en Taiwán, que Pekín considera parte integral de su territorio.
Pero hasta ahora ningún líder taiwanés había admitido en público tal presencia desde que la última guarnición de EEUU abandonó Taiwán en 1979. Esto, tras el reconocimiento diplomático del régimen comunista por parte de China.
Preguntada sobre cuántas tropas estadounidenses había en Taiwán, Tsai respondió “no tanta como la gente piensa”. “Tenemos una amplia cooperación con Estados Unidos para aumentar nuestra capacidad de defensa”, añadió
Preguntando si confiaba en una ayuda estadounidense en caso de ataque de China, la presidenta taiwanesa respondió: “Tengo fe”.
Ambigüedad estratégica de EEUU y Taiwán
Estados Unidos y China se han enfrentado recientemente por el destino de la isla de 23 millones de habitantes, que tiene su propio gobierno, moneda y ejército, pero que Pekín considera una de sus provincias a la espera de la reunificación.
Más temprano, el presidente Biden,señaló que Estados Unidos estaba “profundamente preocupado por las acciones agresivas de China (…) en el estrecho de Taiwán”.
Las tensiones han aumentado al incrementarse las incursiones aéreas chinas cerca de este país.
Tales acciones “amenazan la paz y la estabilidad regionales”, añadió el presidente estadounidense, según una grabación de sus declaraciones obtenida por AFP.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, también provocó la ira de Pekín . Esto, tras abogar por la “participación significativa” de Taipéi en los órganos de las Naciones Unidas (ONU) y en la escena internacional.
“Taiwán no tiene derecho a participar en la ONU”, replicó inmediatamente Pekín, a través del portavoz de la Oficina de Asuntos de Taiwán, Ma Xiaoguang.
Es probable que el delicado asunto de Taiwán agriete aún más las relaciones entre Estados Unidos y China, que están en su punto más bajo en años. La semana pasada, Biden pareció querer enviar un nuevo mensaje de firmeza a Pekín.
Preguntado sobre la posibilidad de una intervención militar estadounidense, el presidente Biden respondió afirmativamente. “Sí, tenemos un compromiso en ese sentido”, dijo.
China considera que Taiwán es una provincia que espera la reunificación, por la fuerza si es necesario.