En lugar de utilizar la jubilación para relajarse, muchos japoneses prefieren aportar sus habilidades y conocimientos a la sociedad y vuelven al trabajo. Dicen que esto los mantiene en buena forma física y mental.
Atsuko Kasa, una enérgica mujer de 68 años, dice que no tiene ninguna intención de bajar el ritmo. Planea continuar trabajando el mayor tiempo posible en el Centro Silver Jinzai, cerca de su casa en la ciudad japonesa de Yokohama.
Es demasiado joven para jubilarse, bromea, y quiere ayudar a los demás.
Kasa, que solía trabajar en el departamento de contabilidad de una empresa de cosméticos, es uno de los ciudadanos japoneses mayores que optaron por renunciar a los tradicionales pasatiempos de la jubilación como la jardinería, las reuniones con amigos y el cuidado de los nietos. En cambio, regresaron al trabajo.
Para algunos, el ingreso adicional que obtienen a través de la organización Silver Jinzai es ciertamente una consideración, pero el dinero no es la motivación principal. Para la mayoría de los 700.000 pensionados que están registrados en la organización nacional, que se estableció inicialmente en Tokio en 1975, lo más importante es mantenerse ocupados y retribuir a la sociedad.
Ayudar a otras personas
“A medida que comencé a envejecer, sentí que mi mundo se hacía más pequeño”, dijo Kasa a DW. “Para poder tener una vida significativa, decidí comenzar un trabajo en el que pudiera ayudar a otras personas. No tengo ninguna habilidad especial, pero siempre trabajo con un corazón compasivo”.
Kasa trabaja en un grupo de apoyo para personas con discapacidad en Yokohama. Ayuda a preparar comidas en un café en las instalaciones especiales, y dice que quería “asumir los desafíos de trabajar en un mundo que nunca antes había experimentado”.
“Me gusta este trabajo”, dijo. “La gente es honesta, brillante y amable. En realidad, los quiero. Además, trabajar con el personal que apoya su independencia enriquece mi vida y les estoy agradecida por eso”.
Hay unas 10.000 personas registradas para trabajar con el Centro Silver Jinzai y ese número ha aumentado en los últimos años, señaló Takao Okada, presidente de la organización. La persona de mayor edad según los registros de la oficina tiene 100 años.
“Hay un número creciente de personas saludables y muy motivadas para trabajar”, expresó Okada. “Hay una amplia gama de razones por las que nuestros miembros quieren trabajar. Para algunos es económica, por supuesto, pero muchas personas quieren mantener su salud y otras quieren contribuir a la sociedad o aprovechar al máximo su experiencia y habilidades”, explicó.
Oportunidades de empleo
Okada dijo que los trabajadores de Silver Jinzai por lo general trabajaban un máximo de 20 horas a la semana, repartidas en dos o tres días, y por lo general están empleados en supermercados, como limpiadores, jardineros, recepcionistas, carpinteros o asistentes de cuidado infantil. También ayudan a cuidar a las personas mayores.
Otros emplean conocimientos técnicos en diseño computarizado o ayudan a recoger basura en las calles de la ciudad. Las personas con conocimientos de idiomas extranjeros tienen una demanda especial, indicó Okada.
Las tareas se pagan a diferentes tarifas y varían en todo el país, pero la ayuda con las tareas del hogar generalmente le otorga 870 yenes (6,70 euros, unos 6.300 pesos chilenos) a un trabajador de Silver Jinzai por hora, limpiar ventanas ofrece 910 yenes y la jardinería 1.040 yenes, mientras que el más arduo trabajo de quitar la nieve en las prefecturas del norte da 1.855 yenes por hora.
Además de proporcionar ingresos adicionales y mantener ocupada a la población anciana del país, el programa también está contribuyendo a aliviar una escasez cada vez mayor de trabajadores en Japón.
Japón enfrenta una aguda escasez de mano de obra
La fuerza laboral de la nación está envejeciendo, la tasa de natalidad está disminuyendo y un número cada vez mayor de personas está viviendo hasta una edad avanzada, gracias a una mejor medicina.
En la actualidad, uno de cada cuatro japoneses tiene más de 65 años y se prevé que aumente a uno de cada tres en los próximos 15 años, lo que significa que la población de Japón está envejeciendo al doble del ritmo de Alemania y cuatro veces más rápido que en Francia.
El gobierno introdujo medidas para revertir esta tendencia, en particular elevar la edad de jubilación obligatoria de 65 a 70 años, pero analistas sugieren que Japón tendrá un déficit potencialmente devastador de 6,44 millones de trabajadores para 2030.
Y, aunque la red Silver Jinzai está ayudando actualmente con la escasez de mano de obra existente, los expertos advierten que es poco probable que sea suficiente para compensar la escasez en el futuro, especialmente si hay opciones mejor pagadas disponibles.
“En 1975, cuando se estableció por primera vez, había cada vez más personas mayores que querían trabajar después de la jubilación porque sentían que los mantendría en forma a medida que envejecían”, dijo Hiroshi Yoshida, profesor de la Universidad de Tohoku.
“Sin embargo, las personas mayores de hoy son mucho más saludables y enérgicas que en ese entonces y simplemente no se consideran demasiado viejas”, explicó. “Este grupo de personas quiere trabajar, pero también quiere un mejor salario, por lo que buscan trabajos fuera del sistema Silver Jinzai”, agregó.