La junta militar de Birmania (Myanmar) anunció este lunes la liberación y retirada de cargos para más de 5.000 personas arrestadas por su participación en las protestas contra el golpe de Estado del 1 de febrero, mientras su aislamiento internacional se intensifica.
El líder de la junta militar, Min Aung Hlaing, dio la noticia en un discurso en el que prometió la liberación y retirada de cargos a 5.636 encarcelados,.
Estos deberán firmar un documento donde se comprometen a “no cometer más actos de violencia” en contra de la nación.
La medida causó conmoción en el país, con decenas de personas congregadas frente a una de las principales prisiones de Rangún. Lo anterior, para reunirse con sus seres queridos que llevan meses privados de libertad, según la agencia Mizzima.
De momento no se han dado detalles de quiénes estarán incluidos en esta liberación pero parece improbable que afecte a perfiles de alto nivel.
Algunos ejemplos serían la líder depuesta, Aung San Suu Kyi, y el expresidente, Win Myint, ambos inmersos en varios procesos judiciales.
Entre los detenidos se encuentran el periodista estadounidense Danny Fester y el australiano Sean Turnell, asesor financiero de Aung San Suu Kyi.
Como parte de la medida de gracia se reveló que se retiran los cargos contra 34 artistas y famosos por su abierta oposición a los militares.
Aislamiento de la junta militar
La medida de la junta llega en un momento de máximo aislamiento internacional para el régimen castrense.
Esto, tras el anuncio de exclusión de Min Aung Hlaing de la cumbre de líderes de la ASEAN, a la que pertenece Birmania desde 1997.
Según el bloque, la junta militar ha realizado “insuficientes” avances para solucionar la crisis política y social tras 9 meses del golpe militar.
Los ministros de Exteriores de la ASEAN optaron por invitar a la cumbre a un “representante no político birmano”, al reconocer de facto una división interna sobre quién debía representar al país en la cita.
“Es una decisión muy difícil para ASEAN. En el bloque siempre han primado los principios de consenso y no interferencia”, señaló el exembajador tailandés Kobsak Chutikul.
“La región espera que vengan los líderes mundiales. Pero quizá esos líderes no quieran venir si Min Aung Hlaing está en la reunión. Es una mala imagen para ASEAN”, dijo el diplomático.
Pese a la importancia de la decisión en una organización alérgica a pronunciamientos altisonantes, el antiguo embajador advierte de que a los generales birmanos históricamente no les ha incomodado en exceso el rechazo de la comunidad internacional.
Sin embargo, señaló que el cierre del país en décadas pasadas se produjo sin la existencia de internet y las redes sociales.
Choque por el mediador
Uno de los últimos choques entre la ASEAN, que reconoce que la crisis birmana supone “un impacto en la seguridad regional” y pone en cuestión la “credibilidad” del bloqcrdsitja pino ue, y la junta birmana son las restricciones impuestas al mediador en el conflicto para reunirse con Suu Kyi, quien afronta varios juicios impulsados tras el golpe.
El bruneano Erywan Yusof, nombrado en agosto enviado especial de la ASEAN a Birmania, canceló de manera abrupta la semana pasada su primer viaje al país al serle impedido el acceso a la derrocada líder democrática.
La ASEAN resaltó en su comunicado del sábado “la importancia de la visita del enviado especial” y que este tenga “acceso a todas las partes implicadas”.
El Ejército justifica el golpe de Estado por un presunto fraude masivo durante las elecciones generales del pasado noviembre, cuyo resultado ha sido anulado y en las que el partido de Suu Kyi arrasó, como ya hizo en 2015, con el aval de observadores internacionales.
Al menos 1.178 personas han muerto a raíz de la brutal represión ejercida desde el golpe por policías y soldados, que han disparado a matar contra manifestantes pacíficos, según AAPP.