El ministro de Defensa taiwanés, Chiu Kuo-cheng, afirmó este miércoles que China será “capaz de organizar una invasión a gran escala” de la isla para el año 2025, y destacó que las relaciones entre Taipei y Pekín atraviesan “su peor momento en 40 años”.
Según Chiu, recoge la agencia de noticias taiwanesa CNA, Pekín tiene ya “capacidad para atacar la isla, pero a un alto coste”, el cual sería menor para 2025, año en el que el ministro prevé que China pueda “organizar una invasión a gran escala”.
“Taiwán no provocará que se la ataque. No obstante, estamos en el peor momento de las relaciones a través del Estrecho desde que comencé en el Ejército hace 40 años”, dijo Chiu en referencia a las últimas incursiones de aviones chinos -casi 150 en los últimos días- en la Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ) taiwanesa.
Desarrollo de misiles supersónicos
Chiu destacó que Taiwán debe estar “preparado” y señaló que el 64% del presupuesto de Defensa de este año se asignará a sistemas antibuque y a desarrollar los misiles supersónicos Hsiung Feng III para contrarrestar a los buques de asalto anfibio Tipo 075 de China.
Las declaraciones de Chiu se producen después de que su cartera denunciase que casi 150 aviones de combate chinos entraron en los últimos días en ADIZ taiwanesa, la cual no está definida ni regulada por ningún tratado internacional y no equivale a su espacio aéreo, sino que abarca un área más extensa que incluye áreas de China continental.
Por su parte, Estados Unidos urgió a China a poner fin a esta práctica, que calificó de “provocadora” y “desestabilizadora”, algo a lo que Pekín respondió que Washington debe “dejar de apoyar a las fuerzas que están a favor de la ‘independencia de Taiwán’ y, en su lugar, tomar medidas para mantener la paz y la estabilidad”.
La presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, recalcó el martes en la publicación estadounidense Foreign Affairs que “Taiwán hará todo lo necesario para defender su democracia si ésta es amenazada”.
“Fracasar a la hora de defender Taiwán no solo sería catastrófico para los taiwaneses, sino que también anularía la arquitectura de seguridad que ha permitido la paz y un extraordinario desarrollo económico en la región desde hace siete décadas”, afirmó.
Taiwán se considera un territorio soberano con Gobierno y un sistema político propios bajo el nombre de República de China desde el final de la guerra civil entre nacionalistas y comunistas en 1949, pero Pekín mantiene que es una provincia rebelde e insiste en que retorne a lo que denomina patria común.