La Organización de Cooperación de Shanghái, liderada por Moscú y Pekín, debe imponerse como socio de los talibanes para que los nuevos gobernantes en Afganistán cumplan sus promesas de luchar contra el “terrorismo”, señaló el presidente ruso, Vladimir Putin, durante un cumbre celebrada este viernes.
Este organismo, del que forman parte India, China, Rusia y varios países de Europa central, pretende rivalizar ante la influencia estadounidense, aunque su acción concreta todavía queda limitada.
“Es importante movilizar el potencial de la organización para facilitar el inicio de un diálogo inclusivo entre los afganos y también para bloquear las amenazas de terrorismo, tráfico de drogas y extremismo religioso de este país”, indicó Putin, que participó en este encuentro de manera virtual.
“Los talibanes controlan prácticamente todo el territorio de Afganistán y hace falta estimular a las nuevas autoridades afganas para que mantengan sus promesas”, prosiguió el presidente ruso, citando su compromiso de “instaurar la paz, normalizar la vida pública y garantizar la seguridad de todos”.
Rusia considera al movimiento talibán como terrorista, pero ha estado dialogando con el grupo durante años.
Moscú se ha mostrado conciliador desde su toma de poder, debido a sus promesas de no permitir que las organizaciones “terroristas” se establezcan allí, de no atacar a sus vecinos, sobre todo a los países aliados de Rusia en Asia central, y de frenar el tráfico de heroína y opio.