El Gobierno de Pakistán y los talibanes reabrieron este viernes el paso fronterizo Chaman-Wesh, una puerta aduanera terrestre estratégica con Afganistán que cayó en manos de la insurgencia hace casi un mes como parte de su rápida ofensiva, que les ha llevado a la captura de amplios territorios en el país.
“Pakistán y los talibanes acordaron ayer en una reunión abrir la frontera, por lo que fue reabierta hoy”, dijo a Efe Fazal Khan, un oficial de seguridad del puesto de Chaman, sin dar detalles sobre los términos acordados por las partes para reabrir el corredor.
El paso de Chaman en el lado de Pakistán, y Wesh del lado afgano, es el segundo punto de cruce más grande entre los dos países y proporciona un acceso a Afganistán, sin salida al mar, hasta el puerto marítimo paquistaní de Karachi.
La reconsideración de los talibanes sobre el cierre de este punto fue hecha ayer después de que “un ciudadano afgano de 56 años muriese a causa de un infarto mientras esperaba en la puerta para entrar a Afganistán”, dijo Khan.
La muerte del hombre provocó enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad paquistaníes y las miles de personas que esperaban para pasar al otro lado de la frontera, según el funcionario, .
Esto produjo la manifestación ayer de unos 10.000 manifestantes, y otros 30.000 hoy, explicó.
Reapertura coincide con avance talibán
La reapertura de este paso, que del lado afgano forma parte de la provincia de Kandahar, coincide con el mismo día en que el grupo insurgente tomó el control de la capital homónima y con ello todas las instituciones de gobierno regional.
Kandahar es una provincia estratégica, y una de las ciudades más importantes de Afganistán, ya que se considera el principal centro comercial con Pakistán, a través del cual los comerciantes abastecen a la mayoría de las provincias afganas.
Los talibanes tomaron el pasado 14 de julio el control del punto fronterizo, lo que llevó a las autoridades paquistaníes a cerrar la frontera de inmediato.
El paso terrestre volvió a abrir sus puertas del lado paquistaní a los pocos días, tras mantener una ronda de consulta con los insurgentes, según informó a Efe un funcionario de la zona.
Una vez reabierta la frontera, los combatientes impusieron nuevos aranceles sobre diferentes bienes comerciales, lo que hizo que los comerciantes pagaran un doble impuesto: primero a los talibanes para cruzar a Afganistán, y luego al Gobierno afgano.
Unos 1.000 camiones afganos de uso comercial cruzan la frontera con el país vecino en días normales; pero tras la captura insurgente, este número se redujo a un centenar diarios debido a las condiciones de seguridad, según datos oficiales.