Unos 90.000 residentes han abandonado Hong Kong en los últimos doce meses, en una oleada migratoria que continúa desde la entrada en vigor, el 30 de junio de 2020, de la controvertida Ley de Seguridad Nacional, informó el diario South China Morning Post este viernes.
Según el rotativo hongkonés, “el descenso a 7,39 millones de habitantes es el mayor desde que la población local asistió a las primeras señales de una tendencia decreciente a mediados de 2020”, lo que supone una caída del 1,2% interanual.
Entre 2019 y 2020, 20.900 personas abandonaron la ciudad, mientras que entre 2020 y 2021 fueron 89.200. En este último periodo, unos 13.900 nuevos residentes de la China continental se mudaron a Hong Kong.
Desde el gobierno afirman que el éxodo puede deberse a motivos laborales, de estudios, y a restricciones derivadas de la pandemia de coronavirus, y no a motivaciones políticas.
Sin embargo, en los últimos meses, tanto activistas como artistas, además de familias enteras o empleados de profesiones liberales, han hecho maletas ante el deterioro de la situación política y de un ambiente que consideran cada vez más opresivo.
“Algunas personas están preocupadas por los cambios en la libertad de expresión, además de los del sistema educativo de la ciudad, ya que las líneas rojas no están claras. Con estos miedos, si tienen ocasión de hacerlo, puede que haya quien elija emigrar. El gobierno debería intentar solucionar sus preocupaciones”, explicó el profesor de la Universidad de Hong Kong Paul Yip Siu-fai.
La Ley de Seguridad Nacional de Hong Kong, diseñada e impuesta por Pekín el pasado año, contempla penas de hasta cadena perpetua para supuestos de secesión, terrorismo o confabulación con fuerzas extranjeras.
Asimismo, este año, Pekín impuso una nueva ley para restringir el ya de por sí limitado sufragio de la ciudad semiautónoma y modificó los mecanismos electorales de manera que la oposición prodemocrática de la ciudad se enfrentara a todavía mayores dificultades a la hora de optar al poder.