Un hongkonés fue condenado este martes por terrorismo e incitación a la secesión, en el primer juicio instruido en virtud de la controvertida ley de seguridad nacional que Pekín impuso a esta ex colonia británica.
Tres jueces declararon culpable a Tong Ying-kit, un excamarero de 24 años, al estimar que enarbolaba una pancarta que contenía un mensaje “capaz de incitar a otras personas a cometer un acto de secesión” y, por tanto, era ilegal.
Al joven se le imputaba el atropello a policías durante una protesta el 1 de julio del año pasado y llevar una bandera con la consigna “Liberar Hong Kong, la revolución de nuestro tiempo”, muy popular en las manifestaciones.
Al estrellar su moto contra los agentes “puso en grave peligro la seguridad pública”, asegura el veredicto al justificar la condena por terrorismo. “Condenamos al acusado por ambos cargos”, dijo la juez Esther Toh.
Tong Ying-kit, que se había declarado inocente y se enfrenta ahora a la cadena perpetua, conocerá más adelante la pena impuesta por estos hechos, que ocurrieron un día después de la promulgación de la ley de seguridad nacional para Hong Kong.
El juicio de 15 días se realizó sin jurado, un cambio en la tradición legal del centro financiero. Los tres jueces que fallaron fueron designados por las autoridades locales para juzgar los crímenes de seguridad nacional.
Más de 60 personas han sido acusadas en virtud de esta ley, incluidos algunos de los más reconocidos activistas prodemocracia como Jimmy Lai, dueño del clausurado diario Apple Daily. La mayoría esperan su juicio en prisión.
Convergencia con China
Los analistas consideran que el fallo de este martes muestra que la justicia de esta ciudad semiautónoma interpreta la ley de seguridad de forma amplia, en la línea de la de China continental, más autoritaria.
“Todo el sistema, desde la administración hasta la aplicación de la ley y el poder judicial, ha alcanzado una alineación”, dijo a la Agence France-Presse Eric Lai, un experto del sistema jurídico hongkonés en la Georgetown Law School.
Surya Deva, de la facultad de Derecho de la City University de Hong Kong, estimó que “todas las instituciones y los procesos legales se orientarán para conseguir resultados predeterminados” en los casos sobre seguridad nacional.
En la China continental, los opacos tribunales responden ante el gobernante Partido Comunista y la condena está prácticamente asegurada en los casos políticos o sobre seguridad nacional.
Hong Kong cuenta con un sistema legal propio, reconocido internacionalmente y que es la base de su condición de centro financiero.
Durante el juicio, los expertos de la defensa aseguraron que el lema de la bandera tenía múltiples significados, dependiendo de la persona: desde un reclamo de independencia hasta otros de mayor democracia y responsabilidad policial.
Para la fiscalía, en cambio, tenia claras connotaciones separatistas y la decisión de Tong de chocar con su moto contra la policía se ajustaba a la definición de terrorismo de la nueva ley.
Su caso fue inusual, porque es una de las pocas personas detenidas en virtud de esta legislación por un acto violento. La mayoría que esperan el juicio fueron detenidas por expresar opiniones políticas que las autoridades consideran ahora ilegales.
Los activistas prodemocracia y muchos países occidentales afirman que la ley de seguridad está cambiando Hong Kong a imagen de China. Pekín asegura que era necesaria para restaurar la estabilidad tras las protestas de 2019.
Desde entonces, esta legislación ha transformado radicalmente el panorama político y legal de la ciudad, a la que China prometió que podría mantener las libertades clave y la autonomía después del fin del dominio británico en 1997.