Todas las tropas de Estados Unidos y de la OTAN abandonaron ya la base aérea de Bagram, anunció este viernes un funcionario de defensa estadounidense, y señaló que la retirada completa de las fuerzas extranjeras de Afganistán es inminente.
“Todas las fuerzas de la coalición han abandonado Bagram”, dijo el funcionario bajo condición de anonimato, sin precisar cuándo exactamente dejaron la base ubicada a unos 70 km por carretera al norte de Kabul.
La fuente tampoco indicó la fecha en la que se entregará oficialmente la base al ejército afgano. Las instalaciones se han usado durante mucho tiempo para lanzar aviones de ataque contra los talibanes y otros grupos yihadistas y llegó a ser el cuartel general de las tropas de Operaciones Especiales de Estados Unidos en este conflicto.
Tras 20 años de presencia, la OTAN anunció el 29 de abril el inicio del repliegue de sus tropas, lo que abre un período de inmensa incertidumbre para Afganistán, todavía azotado por la violencia.
Otros contingentes más pequeños, como los de España, Estonia y Dinamarca, ya abandonaron el país.
El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, fijó el 11 de septiembre como fecha límite para la retirada estadounidense, día del vigésimo aniversario de los ataques contra las Torres Gemelas por parte de los yihadistas de Al Qaeda. La retirada se ha acelerado tanto que algunas voces apuntan que podría concluir en julio.
Desde el comienzo de mayo, los talibanes han lanzado varias ofensivas de envergadura en las zonas rurales, mientras las fuerzas gubernamentales luchan por consolidar sus posiciones en las áreas más urbanas.
Su capacidad para mantener el control de la base aérea de Bagram será fundamental para preservar la capital, Kabul, y mantener la presión sobre los talibanes.
Tropas alemanas completan retirada de Afganistán
Más de 2.400 soldados estadounidenses han muerto en 20 años de combates y 20.000 han resultado heridos. También han muerto unos 47.245 civiles, junto con decenas de miles de efectivos de las fuerzas de seguridad afganas, según el recuento del Washington Post.
Un oficial dijo al periódico que el general del ejército Austin ‘Scott’ Miller, el principal comandante de los Estados Unidos durante casi tres años, permanece a cargo y conserva la capacidad de proteger a las tropas estadounidenses estacionadas en la capital, Kabul, mientras continúa la retirada.
De mano en mano
Tentacular, la base de Bagram fue construida por los estadounidenses durante la Guerra Fría para su aliado afgano, con el objetivo de ayudarlos a que se protegiesen de la Unión Soviética en el norte.
Desde su construcción y a lo largo de las décadas de conflicto que han sacudido a Afganistán, la base fue controlada por diferentes actores.
Fue desde allí que la Unión Soviética organizó la ocupación de Afganistán tras la invasión de 1979. El Ejército Rojo la agrandó mucho.
Tras la retirada de los soviéticos en 1989, la base quedó bajo control del gobierno afgano apoyado por Moscú, y luego por una administración muyahidín dividida durante la guerra civil.
En un momento, parece incluso que los talibanes controlaron una parte de la larga pista de kilómetros y sus enemigos de la Alianza del Norte la otra.
Bagram cayó finalmente en manos de los talibanes durante su implacable ascenso al poder a mediados de los años 1990.
Hechas pedazos
Luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001 y la invasión de Afganistán por parte de una coalición internacional liderada por Washington, volvió bajo control estadounidense.
Fue desde Bagram que se llevaron a cabo los ataques aéreos contra los talibanes y sus aliados de Al Qaida, y desde donde se organizó al reabastecimiento de las tropas.
En estas últimas dos décadas, la base recibió varias visitas de presidentes estadounidenses. También albergó una prisión, que provocó una polémica por el trato acordado a los detenidos.
Cientos de miles de militares estadounidenses y de la OTAN, así como personal de empresas subcontratadas, pasaron por Bagram, que en un momento incluía piscinas, cines, spas y varias cadenas de comidas rápidas como Burger King y Pizza Hut.
Estos últimos meses, Bagram se convirtió en blanco de disparos de cohetes reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico, lo que hace temer que rápidamente sea objeto de un verdadero ataque.
Aún hoy en día, los terrenos junto a la ruta entre Kabul y Bagram siguen repletos de carcasas oxidadas de tanques soviéticos, un cruel recuerdo de que más de cuatro décadas de conflicto ha dejado la mayor parte de Afganistán hecha pedazos.
La retirada de las tropas extranjeras de Bagram “simboliza el hecho que Afganistán está solo, abandonado, y obligado a defenderse solo contra el asalto de los talibanes”, estima el experto Nishank Motwani, basado en Australia.