Estados Unidos va a flexibilizar los contactos entre sus funcionarios y los representantes de Taiwán, desafiando la presión de China.
Washington seguirá considerando a Pekín como el gobierno legítimo, en consonancia con su decisión de 1979, pero eliminará algunas de las complejas normas que regían los vínculos con Taipéi.
“Las nuevas directivas flexibilizan las guías sobre nuestros contactos con Taiwán de una forma consistente con nuestras relaciones no oficiales”, indicó el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price.
La guía actualizada “subraya que Taiwán es una democracia vibrante y un importante socio económico y de seguridad que también es una fuerza para el bien en la comunidad internacional”, señaló Price.
Este anuncio del gobierno de Joe Biden formaliza el creciente apoyo verbal que Estados Unidos da a este territorio y es una respuesta a una declaración del Congreso que exigía una revisión.
La misión de Taiwán en Washington -llamada oficialmente Oficina de Representación Económica y Cultural de Taipei en Estados Unidos, en lugar de embajada- acogió con satisfacción las nuevas directrices y dijo que reflejaban un consenso bilateral para relaciones más estrechas.
“Taiwán y Estados Unidos comparten una asociación profunda y duradera basada en nuestros valores comunes e intereses conjuntos”, dijo, señalando la cooperación en la promoción de la salud, el espacio, el comercio y la democracia a nivel mundial.
La era Trump
El jefe de la diplomacia estadounidense durante el gobierno de Donald Trump, Mike Pompeo, dijo en sus últimos días al mando que quería deshacerse de las directivas sobre las relaciones con Taiwán, sin dar detalles de cómo reemplazarlas.
En un indicio de que la política estadounidense hacia este territorio está cambiando, el gobierno de Biden envió a su emisario en Palaos a una visita en Taiwán, acompañando una gira del presidente de ese país insular.
Según las pautas emitidas por la administración Biden, los funcionarios estadounidenses podrán invitar a representantes taiwaneses a edificios gubernamentales en Washington o asistir a reuniones de trabajo en la misión taiwanesa, lo que antes estaba prohibido, dijo un funcionario del Departamento de Estado.
Altos funcionarios estadounidenses han visitado Taiwán periódicamente, y el secretario de Salud del expresidente Donald Trump lo hizo en agosto, pero Washington ha tenido cuidado de no enojar a China enviando miembros del gabinete involucrados en la seguridad nacional.
Pekín considera que Taiwán, adonde huyeron en 1949 los nacionalistas de la China continental tras perder la guerra civil contra los comunistas, es un territorio suyo, pendiente de reunificación, por la fuerza si es necesario.
Por su parte, Taiwán denuncia las crecientes incursiones aéreas de Pekín.