Los expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) llegaron este miércoles por la mañana al Instituto de Virología de Wuhan y su laboratorio P4 de máxima seguridad biológica, como parte de su investigación sobre el origen del coronavirus en esta ciudad china.
El instituto cuenta con varios laboratorios de alta seguridad donde los investigadores trabajan con coronavirus. En su momento, el entonces presidente estadounidense Donald Trump acusó al instituto de dejar salir el virus que causó el COVID-19, provocando una pandemia mundial. Una acusación que Pekín ha negado tajantemente.
El equipo de una decena de investigadores “espera un día muy productivo y hacer todas las preguntas que deben hacerse”, declaró a la prensa uno de los expertos, Peter Daszak, al llegar en coche a la entrada del instituto.
Una visita muy delicada para Pekín
La visita de la OMS es muy delicada para China, que niega ser responsable del estallido de la epidemia en 2019 y da a entender, sin demostrarlo, que el virus pudo haber sido importado a China.
Pekín insiste en cambio en su éxito en contener los contagios y en su producción de vacunas, exportadas a varios países.
El régimen comunista esperó más de un año para autorizar la visita de la OMS, que tuvo que someterse a una cuarentena de 14 días antes de comenzar el trabajo la semana pasada.
Con semejante demora, muchos analistas dudan de que los expertos internacionales hallen indicios reveladores del comienzo de la epidemia.
Murciélagos
El experto en enfermedades animales de la OMS dijo también que los miembros de la misión se entrevistarían en el IVW con la viróloga china Shi Zhengli, que estudió durante varios años los virus de los murciélagos en el país asiático.
Posteriormente, Peter Daszek, zoólogo británico de la misión, confirmó en la red social Twitter que habían mantenido una reunión con Shi y otros científicos del centro.
“Extremadamente importante reunión hoy con el personal del Instituto de Virología, incluyendo la doctora Shi Zhengli. Franca y abierta discusión. Preguntas clave planteadas y respondidas”, escribió Daszek en un mensaje.
Este zoólogo, presidente de la organización no gubernamental estadounidense EcoHealt Alliance, ha trabajado con Shi en China en varias ocasiones en los últimos años estudiando los virus de los murciélagos.
Shi aisló en 2013 una cepa de coronavirus en un murciélago de herradura en la provincia de Yunnan, en el sur de China, denominado RaTG13, cuyo material genético era un 96,22 por ciento igual al que causó la pandemia mundial, aunque ambos presentan también importantes diferencias.
El laboratorio
Fundado en 1956, el Instituto de Virología de Wuhan es uno de los principales de China en el estudio de patógenos de nivel 4, que requieren el máximo grado de seguridad biológica.
Fue uno de los designados por la Comisión Nacional de Salud de China para analizar la secuencia del genoma del nuevo coronavirus, bautizado posteriormente como SARS-CoV-2, que el país asiático comunicó a la OMS el 12 de enero de 2020.
El pasado 17 de enero, días antes de que la administración Trump concluyese su mandato en EEUU, el Departamento de Estado aseguraba tener “nuevas pruebas” de que se originó en el laboratorio de Wuhan y afirmó que investigadores del laboratorio habían caído enfermos en otoño de 2019, aunque no aportó ninguna evidencia que lo demostrase.
China calificó las afirmaciones de Washington de “mentiras y teorías de la conspiración” y, a través de la prensa oficial, ha resaltado en varias ocasiones que el virus se detectó ya en el otoño de 2019 en diferentes países, lejos del gigante asiático.
El jefe de la misión de la OMS dijo antes de emprender el viaje a China que su equipo investigaría la hipótesis de que el virus se hubiese escapado de un laboratorio, “incluso aunque sea improbable”.
“No hay evidencias hasta el momento que indiquen que alguien estuviese trabajando con el virus en el pasado; no hay pruebas que indiquen que podría haber escapado de alguna forma del laboratorio, pero, por supuesto, lo tendremos en cuenta cuando busquemos el origen de este virus”, afirmó Ben Embarek en un vídeo publicado por la OMS en enero.
La gran mayoría de la comunidad científica internacional coincide en que lo más probable es que el virus llegase al ser humano desde la naturaleza, a través de algún animal como “huésped intermedio”.