Sadyr Japarov, ganador de las elecciones presidenciales en Kirguistán, prometió el lunes “la dictadura de la ley y la justicia” para alejar los temores de sus detractores que temen una ola de represión.
Japarov obtuvo más del 80% de los votos el domingo. En tres meses, a raíz de una crisis política, pasó de estar preso por un toma de rehenes a ser presidente de este país de Asia Central de 6,5 millones de habitantes.
Un referéndum constitucional organizado al mismo tiempo que las elecciones presidenciales también reforzó las prerrogativas presidenciales de Japarov y su poder.
Hablando a sus partidarios en la plaza central de la capital, Biskek, el lugar donde hubo dos revoluciones en 2005 y 2010 y los disturbios que lo llevaron al poder en octubre, Japarov se burló del “alarmismo” de sus oponentes.
“No habrá ninguna dictadura como algunos temen. Habrá una dictadura de la ley y la justicia”, dijo, citando al presidente ruso Vladimir Putin hace 20 años.
“Hemos estado esperando este momento durante 30 años”, añadió mientras sus seguidores se deleitaban comiendo arroz y pan al son de un concierto de música tradicional.
Los observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) criticaron la elección por carecer de “condiciones justas” para los candidatos.
“Para que Kirguistán esté a la altura de las aspiraciones de su pueblo de tener una democracia que funcione, es esencial que se cree un campo de juego nivelado. No fue así en este caso”, dijo la OSCE en un comunicado, señalando, sin embargo, que la elección estaba “bien organizada”.
Japarov, de 52 años, cumplía una larga pena de prisión por toma de rehenes cuando fue liberado por sus partidarios en octubre en medio de una nueva crisis política en un país con una historia tumultuosa desde su independencia en 1991.