“Aunque aún queda un año de mi período y hay desafíos por afrontar, he decidido dar un paso al costado como primer ministro”, expuso Shinzo Abe al anunciar su dimisión al cargo de Primer ministro, agregando antes de hacer una reverencia que le gustaría “disculparse sinceramente” con los japoneses por no poder completar sus deberes durante la pandemia.
Nacionalista y pragmático, a sus 65 años, había batido recientemente el récord absoluto como primer ministro de Japón que más ha durado en el cargo, tras superar numerosos escándalos. Pero ahora se prepara para retirarse y dedicarse a tratar su enfermedad.
En el puesto de manera ininterrumpida desde 2012, anunció que dimitirá al sufrir de nuevo colitis ulcerativa, una enfermedad intestinal inflamatoria crónica. Se mantendrá en el cargo, sin embargo, hasta que se escoja a su sucesor.
Estos son los cinco principales candidatos.
Taro Aso, especialista de los errores
Taro Aso, de 79 años, acumula desde 2012 las funciones de ministro de Finanzas y vice primer ministro.
Muy cercano a Abe, este aficionado a los mangas que cuida con esmero su apariencia, ocupó el cargo de primer ministro en 2008-2009, hasta el fracaso histórico de su Partido Liberal-Demócrata (PLD).
Este veterano, procedente de una rica familia de industriales y políticos, ambiciona desde hace tiempo volver al cargo.
Su carrera política, sin embargo, está plagada de sonados errores. En 2013, instó a las personas enfermas en fase terminal a morir “rápidamente” para reducir los gastos sanitarios. Unos meses más tarde, sugirió que Japón podría “inspirarse” de la Alemania nazi para reformar su Constitución.
Yoshihide Suga, el consejero leal
Yoshihide Suga tuvo un papel importante en el regreso al poder de Abe, tras el fracaso de su primer mandato como primer ministro en 2006-2007.
Abe lo recompensó nombrándolo en 2012 secretario general del gobierno, un puesto estratégico desde donde coordina las acciones de los ministerios y del partido en el poder y consulta a los gobiernos regionales.
Con 71 años, Suga, vocero del gobierno, es el rostro del gabinete, ya que se expresa todos los días ante la prensa.
Este hijo de agricultores tuvo que financiarse él mismo sus estudios. Estos orígenes humildes contrastan con los de la mayoría de miembros del PLD, que vienen de grandes familias de políticos.
Shigeru Ishiba, el experto militar
Exministro de Defensa, Shigeru Ishiba está muy apegado al ejército y a las tecnologías militares. También es un admirador de la música pop japonesa de los años 1970.
Este exbanquero de 63 años es considerado como un orador carismático y un hombre con experiencia: con 29 años, logró ser diputado y mantiene su escaño desde entonces.
Como Abe, Ishiba defiende reforzar el lugar de las Fuerzas de Autodefensa de Japón en la Constitución pacifista del país.
Para la opinión pública, Ishiba es un buen candidato a la sucesión de Abe. Pero no goza de unanimidad entre los diputados del PLD, sobre todo porque dejó el partido en una ocasión.
En 2018, en la elección del presidente del partido, sufrió una severa derrota frente a Abe.
Taro Kono, el reformador arrepentido
Con 57 años, el ministro de Defensa Taro Kono, otrora considerado como un reformista ambicioso e independiente, se plegó al gobierno al hacerse cargo de puestos estratégicos en el gabinete de Abe.
Por ello, últimamente ha evitado recordar su oposición al tema nuclear, una energía defendida por el gobierno.
Formado en la prestigiosa universidad estadounidense de Georgetown, Kono también fue ministro de Relaciones Exteriores de 2017 a 2019.
Se le compara a menudo con su padre, el antiguo secretario general del gobierno Yohei Kono, conocido por haber publicado en 1993 una declaración en la que Japón presentaba sus “disculpas” y sus “remordimientos” por la prostitución forzada de mujeres asiáticas durante la Segunda Guerra Mundial. Taro Kono es, sin embargo, mucho menos conciliador en materia de relaciones diplomáticas.
Fumio Kishida, el discreto favorito
El exministro de Relaciones Exteriores Fumio Kishida, jefe de estrategia política del PLD, ha sido considerado muchas veces como el favorito de Abe para sucederle. Pero su reservada personalidad y su falta de carisma podrían impedirle llegar al puesto.
Diputado de Hiroshima, Kishida, de 63 años, fue el artífice de la visita de Barack Obama en 2016, el primer viaje de un presidente de Estados Unidos en ejercicio a la ciudad devastada por la bomba atómica.