El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está “disgustado” con China por su plan de imponer una ley de seguridad en Hong Kong y tiene dudas sobre el futuro del territorio como centro financiero global si eso continúa adelante, dijo el martes la portavoz de la Casa Blanca.
Es “difícil ver cómo Hong Kong puede seguir siendo un centro financiero si China toma el control”, dijo la secretaria de prensa Kayleigh McEnany en una sesión informativa a la prensa.
McEnany destacó que la advertencia vino directamente de Trump, quien se declaró insatisfecho” con el proyecto de Pekín.
El parlamento chino presentó la semana pasada y tiene la intención de votar esta semana un proyecto de ley de “seguridad nacional” destinado a Hong Kong, visto ampliamente como un medio de anular el estatuto de semi-autonomía otorgado a la excolonia británica al negociarse su devolución a China, en 1997.
La administración Trump ya ha blandido la amenaza de retirar el estatuto de comercio preferencial otorgado por Washington a Hong Kong.
Pekín quiere promulgar una legislación que prohíba la secesión independentista, la subversión, el terrorismo y la interferencia extranjera en Hong Kong tras meses de protestas masivas, a menudo violentas, a favor de la democracia el año pasado.
Los activistas en Hong Kong advierten que el proyecto de Pekín es represivo y significaría efectivamente el fin del estatus especial de la antigua colonia británica, donde las elecciones, una prensa libre y otras libertades ayudan a convertirla en una capital financiera internacional que rivaliza con Nueva York y Londres.