El saldo de la epidemia del nuevo coronavirus alcanzó los 1.765 muertos en China continental tras el fallecimiento de otras 100 personas en la provincia de Hubei (centro), según cifras oficiales publicadas este lunes.

En su actualización diaria, la Comisión de Salud provincial también informó de 1.933 casos nuevos, en ligera alza después de tres días consecutivos de disminución, informaron las autoridades de esta provincia, foco de la epidemia.

Fuera de China continental, donde al menos 70.400 personas han sido infectadas, se han confirmado casi 600 casos de contagio de la epidemia de coronavirus, oficialmente llamada COVID-19, en una treintena de países de todo el mundo.

Solo se tiene constancia de cinco muertes fuera de China continental: una en Hong Kong, una en Taiwán, una en Japón, una en Filipinas y otra en Francia.

“Gestión cerrada”

La provincia de Hubei, donde 56 millones de habitantes están aislados del mundo desde el 23 de febrero, ha restringido la libertad de movimiento de sus ciudadanos más allá de la capital, Wuhan.

Pueblos y ciudades residenciales están ahora sometidas a “una estricta gestión cerrada”, las 24 horas del día, lo que significa que los habitantes no deben salir más de sus casas hasta nueva orden.

Las compras y la distribución de comida y de medicamentos se pueden hacer de manera “centralizada”, precisa una directiva provincial publicada el domingo.

“Diamond Princess”

El principal foco de infección fuera de China sigue siendo el crucero “Diamond Princess”, en cuarentena en un puerto de Japón, con 355 contagios a bordo confirmados, entre ellos 70 nuevos anunciados el domingo.

Estados Unidos, Canadá y Hong Kong decidieron este fin de semana evacuar rápidamente a sus ciudadanos a bordo (casi un millar de pasajeros entre los tres), en cuarentena desde el 3 de febrero. Pero las 3.711 personas inicialmente a bordo aún no fueron sometidas a análisis para establecer su posible contagio.

Imagen y legitimidad

En China, después de haber destituido el viernes a los más altos responsables políticos de Hubei y de Wuhan, el régimen comunista anunció el domingo sanciones a altos funcionarios de menor rango.

“Cuando se produce una crisis de este calado, esto alcanza una importancia política, pues la imagen internacional de China y la legitimidad del Partido están en juego”, comenta el sinólogo Zhoy Xun, de la Universidad de Essex (Inglaterra).

El régimen del presidente Xi Jinping enfrenta una ola inédita de descontento por su reacción tardía a la epidemia. Un enfado que se vio avivado tras la muerte a principios de mes de un médico de Wuhan, que fue convocado por la policía por haber alertado desde diciembre sobre la aparición del virus.

“En general, desde Mao, el Estado ha hecho muy poco por la salud pública”, estima Zhou. “El resultado es que el sistema de salud es muy débil, ineficaz, caro y caótico”.