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Expertos mundiales se reúnen en Pekín para tratar epidemia del nuevo coronavirus

Por Claudia Miño
La información es de Agence France-Presse

16 febrero 2020 | 22:59

El número de personas infectadas con el nuevo coronavirus en China superó las 70.000 este lunes, cuando expertos internacionales comenzaron a reunirse con sus homólogos chinos para abordar una epidemia que preocupa a nivel mundial.

“Esperamos que esta colaboración importante y vital contribuya al conocimiento global de la epidemia # COVID19”, afirmó el jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, en Twitter.

La reunión se celebra cuando el número de víctimas de la epidemia de neumonía viral ha aumentado en China continental hasta los 1.765 muertos, según cifras oficiales publicadas el lunes. Sin embargo el ritmo de contagio tiende a disminuir.

Fuera de China continental, donde al menos 70.400 personas han sido infectadas, se han confirmado casi 600 casos de contagio de la epidemia de coronavirus, oficialmente llamada COVID-19, en una treintena de países de todo el mundo.

“Ya se puede constatar el efecto de las medidas de control y de prevención de la epidemia”, dijo el portavoz de la Comisión Nacional (ministerio) de Salud china, Mi Feng.

Más prudente se había mostrado el sábado la OMS, al considerar que era “demasiado pronto” para hacer previsiones.

Según el jefe de la OMS, es “imposible predecir” la evolución de la epidemia.

El domingo también se registró el primer fallecimiento en Taiwán, un taxista de 61 años.

Entretanto en Europa, más de un centenar de alemanes y una veintena de personas de otras nacionalidades fueron liberados de la cuarentena a la que estaban sometidos en una base militar de Fráncfort desde que fueron repatriados de Wuhan, en la provincia china de Hubei, foco de la epidemia, a comienzos de mes.

“Gestión cerrada”

La provincia de Hubei, donde 56 millones de habitantes están aislados del mundo desde el 23 de enero, ha restringido la libertad de movimiento de sus ciudadanos más allá de la capital, Wuhan.

Pueblos y ciudades están sometidos a “una estricta gestión cerrada”, las 24 horas del día, lo que significa que los habitantes no deben salir de sus casas hasta nueva orden.

Las compras y la distribución de comida y de medicamentos se pueden hacer de manera “centralizada”, precisa una directiva provincial publicada el domingo.

En el resto del mundo, la epidemia mantiene en alerta al planeta. El viernes Egipto anunció el primer caso en África y ese mismo día se producía el primer muerto fuera de Asia, un turista chino en Francia.

El principal foco de infección fuera de China sigue siendo el crucero “Diamond Princess”, en cuarentena en un puerto de Japón, con 355 contagios a bordo, entre ellos 70 nuevos confirmados el domingo.

La noche del domingo Estados Unidos comenzó a evacuar del crucero a sus ciudadanos, para trasladarlos a bases aéreas en California y Texas. Más de 40 estadounidenses están infectados con el coronavirus en el crucero, según las autoridades estadounidenses, que aseguraron que se quedarán en hospitales en Japón.

También Canadá, Italia y Hong Kong decidieron este fin de semana evacuar a sus nacionales en el crucero, que está en cuarentena desde el 3 de febrero.

Imagen y legitimidad

En China, después de haber destituido el viernes a los principales responsables políticos de Hubei y de Wuhan, el régimen comunista anunció el domingo sanciones a funcionarios de menor rango.

“Cuando se produce una crisis de este calado, esto tiene una importancia política, pues la imagen internacional de China y la legitimidad del Partido están en juego”, comenta el sinólogo Zhoy Xun, de la Universidad de Essex (Inglaterra).

Entretanto la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI) Kristalina Georgieva advirtió que la epidemia podría impactar el crecimiento mundial en 2020, dependiendo de la capacidad de China para contener su propagación.

“En este momento, nuestro pronóstico es de (un crecimiento mundial) de 3,3%, y podría haber una reducción de 0,1 a 0,2%”, dijo, pero admitió que es “demasiado pronto” para estimar con precisión el impacto.