El técnico del ejército chino Ren Zhengfei creó Huawei con un capital inicial de solamente 5.000 dólares, según se relata en la compañía, pero 32 años más tarde la empresa se ha convertido en objeto de un titánico tire y afloje entre Estados Unidos y China en su batalla por la supremacía tecnológica.
Estas son algunas respuestas sobre la compañía, su meteórico desarrollo y su incierto futuro, después de que el presidente Donald Trump tomara medidas para entorpecer su implantación en Estados Unidos.
¿Qué es Huawei?
Fundada en 1987 en la sureña ciudad china de Shenzhen, la compañía privada Huawei es un gigante global de la tecnología, el mayor productor mundial de equipos de telecomunicaciones y el numero dos en el sector de los smartphones, detrás de Samsung y por delante de Apple.
Huawei asegura tener 190.000 empleados, opera en 170 países y tuvo unos ingresos de más de 100.000 millones de dólares en 2018.
¿Cómo ha crecido tanto?
Los críticos alegan que el apoyo del gobierno chino ha impulsado a Huawei hacia el éxito. Pero lo cierto es que la compañía china ha sabido siempre estar en el lugar adecuado, en el momento adecuado.
Ren, el fundador, ahora de 74 años, fundó Huawei en el momento preciso en que China desarrollaba sus productos manufacturados y se producía la emergencia del sector de telecomunicaciones.
Shenzhen, que antaño fue un apacible pueblo de pescadores, se transformó en el corazón del milagro industrial chino, con Huawei emergiendo como protagonista de la nueva potencia económica del país.
Mientras sus ingresos crecían en China, Huawei empezó a aventurarse en el extranjero desde 1997, buscando mercados aún poco desarrollados del sudeste asiático, de África y del este europeo, zonas ignoradas por los entonces líderes occidentales del sector.
“Afortunadamente para Huawei, estaba surgiendo el mercado de equipos de telecomunicaciones” afirma Jeffrey Towson, experto en el desarrollo de China en el sector tecnológico, en un análisis sobre el éxito económico y financiero de China.
¿Qué le preocupa a EEUU?
El pasado militar de Ren, miembro del Partido comunista, y la cultura de opacidad de Huawei han alentado las sospechas de que la compañía está de hecho bajo el control de Pekín.
Muchos afirman que sin el apoyo estatal Huawei no podría haberse convertido en líder en la nueva generación de telefonía e internet móvil. Las inversiones del gigante chino lo han colocado además como gran protagonista de la futura red de telefonía móvil 5G.
Pero Estados Unidos considera que las antenas de Huawei son una especie de caballo de Troya moderno y sospechan que la compañía transmite datos al gobierno chino, ejerciendo una especie de ciberespionaje.
La guerra comercial entre Washington y Pekín se ha convertido también en una guerra tecnológica.
Esta semana, Estados Unidos lanzó su artillería pesada contra el sector de tecnología para neutralizar a Huawei.
Poco antes del lanzamiento mundial del 5G, Trump prohibió el miércoles utilizar en su país equipos de telecomunicaciones de empresas extranjeras consideradas peligrosas, una medida que ostensiblemente apunta a la compañía china.
Huawei esta también en medio de una crisis diplomática desde diciembre: Meng Wanzhou, jefa de finanzas del grupo e hija de Ren, fue detenida en Canadá a petición de Washington, que la considera sospechosa de violar las sanciones estadounidenses contra Irán.
¿Quién controla a Huawei?
Huawei asegura que las acciones de la compañia son propiedad de sus empleados, y Ren asegura que no tiene ningún trato de favor de parte del gobierno chino, lo cual es cuestionado por los analistas.
Entre ellos están dos expertos en China, Christopher Balding y Donald Clarke, que estudiaron los documentos relativos a la constitución de Huawei.
En un artículo publicado el mes pasado, afirman que la compañía está en manos de un impreciso sindicato, pero hay que tener en cuenta que en China estas organizaciones están invariablemente controladas por el gobierno.
“Huawei puede ser considerada efectivamente bajo control estatal”, concluyen.
¿Qué ocurrirá ahora?
La decisión de Estados Unidos de colocar a Huawei en una lista de firmas con las que empresas estadounidenses no pueden hacer transacciones sin permiso previo de las autoridades -entre ellas Intel y Qualcom- puede poner en serias dificultades al gigante chino.
Si la medida estadounidense se aplica de forma efectiva, “ello puede poner en peligro a la propia compañía y a la red de clientes de Huawei en todo el mundo”, afirma Paul Triolo, analista tecnológico de Eurasia Group.
“Pero no está clara la vocación de esta medida: si se trata de un proyectil contra Huawei, o de una táctica negociadora en las conversaciones comerciales” entre Pekín y Washington, agrega.