El lunes, el colapso de una represa hidroeléctrica en construcción en Laos inundó 6 villas y dejó cientos de afectados.
Este miércoles se emitió el primer balance en voz del primer ministro, Thongloun Sisoulith, y del cónsul tailandés en el país, Chana Miencharoen, catastro que arrojó al menos 26 muertos, de acuerdo al diplomático, y 131 desaparecidos, según la información provista por el gobernante.
La estructura estaba situada en la provincia de Attapeu, cerca de la frontera con Vietnam, y se derrumbó el lunes en la noche, liberando 500 millones de toneladas de agua y “causando varios muertos y centenares de desaparecidos” que quedaron al descubierto el martes, precisó la agencia oficial de este país comunista del sudeste asiático.
Miencharoen, en tanto, visitó el lugar del accidente este miércoles, asegurando que se habían recuperado 26 cuerpos. “Otros diecisiete están heridos y fueron llevados al hospital”, dijo a la agencia internacional Agence France-Presse (AFP). Horas antes había dicho que todavía no podían estimar el número de desaparecidos y que el agua llegaba a los techos de las casas.
No obstante, las autoridades de Laos, un Estado comunista muy hermético con escasas o raras fuentes de información, no han divulgado ningún balance oficial por el momento.
La agencia de prensa KPL divulgó este miércoles un balance de “cientos de personas” desaparecidas”, entre ellas 50 solamente en la aldea de Ban Mai. Las imágenes de los medios locales muestran a personas sobre los techos a la espera de los socorristas. Otras intentaron salir de la zona para salvarse de las inundaciones, que sumergieron varios poblados.
Cerca de 750 personas lograron refugiarse en una provincia vecina a decenas de kilómetros de la catástrofe, indicó un periodista de la AFP. Según el cónsul tailandés, más de 6.000 personas están damnificadas.
Cuestionamientos
En el país se preguntan si las empresas encargadas de la construcción de la represa tomaron suficientes medidas de seguridad y algunos habitantes dicen que fueron advertidos con poco tiempo del desastre.
“Pasó muy rápido, no tuvimos mucho tiempo para prepararnos”, declaró a la AFP Joo Hinla, que vive en una de las aldeas más afectadas, Ban Hin Lath, y sigue sin tener noticias de cuatro miembros de su familia.
Uno de los operadores coreanos del proyecto, indicó que desde el viernes, después de lluvias torrenciales por el monzón, se detectaron “once centímetros de hundimiento en el centro de la represa”.
Uno de sus colegas coreanos relató que “la parte superior de la represa” fue arrastrada a las 21:00 horas locales del domingo, 10:00 horas en Chile, casi 24 horas antes del derrumbe total de la estructura.
El domingo “alertamos inmediatamente a las autoridades y comenzamos a evacuar las aldeas” cercanas, indicó una de las compañías coreanas.
Los trabajadores fueron enviados al lugar, pero los intentos para hacer las reparaciones necesarias se vieron obstaculizados por las lluvias.
Sistemas de alerta “inadecuados”
La catástrofe “revela la inadecuación de los sistemas de alerta” y “plantea cuestiones importantes sobre la seguridad de las represas en Laos”, un país golpeado cada año por el monzón, lamentó Maureen Harris, una especialista en las represas de Laos para la ONG International Rivers.
Las operaciones de rescate se han complicado por las condiciones meteorológicas y la zona del desastre está muy aislada, sólo se puede acceder con helicóptero o barco.
La estructura que se derrumbó, llamada Saddle Dam D, forma parte de una red de varias represas hidroeléctricas. Este proyecto, una inversión de más de mil millones de dólares, implica empresas de Laos, Tailandia y Corea del Sur, reagrupadas en la sociedad Xe-Pian Xe-Namnoy Power Company’s (PNPC).
La represa tenía previsto empezar a distribuir energía eléctrica en 2019 y el 90% iba a ser exportada a la vecina Tailandia. El resto se distribuiría en la red local.
Situada en el corazón de la península de Indochina, este pequeño estado rural y montañoso quiere convertirse en la fuente de energía del sudeste asiático.
Según International Hydropower Association (IHA), existen más de 50 proyectos hidroeléctricos en Laos. Varias organizaciones de defensa del medio ambiente han advertido del impacto de estas represas en el río Mekong, su flora y su fauna, así como sobre las poblaciones rurales.