“Mamá, sale el sol otra vez, despierta.” Esa fue la frase con la que el fotógrafo Purbu Zhanxi, de la agencia de noticias china, Xinhua, tituló un grupo de 4 fotografías captadas en Shannan, una montañosa zona sureña del Tibet. Llegó hasta ese lugar al enterarse de que el cachorro, de unos tres meses de nacido, no se despegaba de los restos de su madre ya convertidos en esqueleto.
Las fotografías de Zhanxi fueron recientemente difundidas en el sitio de noticias coreano Insight News, al que relató cómo las fotos afectaron seriamente su estado de ánimo. “El cachorro estaba solo, entre la basura. Lo delgado de su cuerpo entre el pelaje demostraba su mal estado de salud”, sentenció el fotógrafo de Xinhua, agencia que difundió la noticia en febrero de este año, aunque las fotografías fueron realizadas en 2017.
El apego más allá de la muerte
Tras la publicación de las fotografías, cientos de sitios desde Norte hasta Sudamérica, dedicados al cuidado de animales han compartido el registro en el que se puede ver al cachorro contemplando el cuerpo de su madre, mirando a la lente y hasta descansando con su pequeña carita en la pata de su madre, ya convertida en huesos pero con el calor suficiente del sol para retener a su pequeña cría.
“Era una mirada de total tristeza la del cachorro”, relató Zhanxi, en la breve pero sentida conversación con la agencia de noticias coreana, en la que se hace énfasis del momento difícil del periodista asiático que había mantenido guardado su material por razones aún no esclarecidas.
Sin pistas del cachorro
Al consultarle del paradero del cachorro, Purbu Zhanxi, dijo no tener más pistas de este. Las condiciones del terreno no abonan. Se trata de una enorme reserva montañosa china, que enlaza al sur con la India, donde también ha sido ampliamente difundida la noticia pero sin novedades del paradero de la cría.
En redes sociales es común leer entre los comentarios desde sentidos mensajes por la reacción del perrito, hasta airados reproches contra el autor de las fotografías, por no llevar a la cría con él.
En tanto Shannan, lugar donde se presume -o se espera- que vague el perrito, se le conoce como la cumbre de la civilización tibetana donde se erigen enormes monasterios y se espera que con la viralización de la noticia, se tengan noticias del cachorro que sigue acompañando a su madre bajo el calor del sol, tal como la muestra fue titulada.