Corea del Sur propuso este lunes al régimen norcoreano sostener inusuales conversaciones destinadas a aliviar tensiones militares bilaterales, días después de que Pyongyang probase su primer misil balístico intercontinental.
La propuesta de diálogo, la primera desde la llegada al poder en Seúl del presidente Moon Jae-In, se presentó luego de que la Cruz Roja propusiese otra reunión para examinar la cuestión de las familias separadas por la guerra de Corea (1950-53).
El ministerio surcoreano de Defensa propuso realizar una reunión el próximo viernes en la localidad fronteriza de Panmunjom, mientras que la Cruz Roja sugiere celebrar otra por separado el 1º de agosto en el mismo lugar.
Si la reunión gubernamental se realiza, será el primer diálogo oficial intercoreano desde diciembre de 2015.
La predecesora conservadora de Moon, Park Geun-Hye, se negó a todo diálogo sustantivo con Pyongyang a menos que el régimen comunista se comprometiese a implementar medidas concretas de desnuclearización.
“Proponemos una reunión (…) destinada a poner fin a toda acción hostil capaz de incrementar la tensión militar a lo largo de la frontera terrestre”, indicó el ministerio en un comunicado.
La Cruz Roja indicó por su parte que espera una “respuesta positiva” de su contraparte del Norte, esperando poder organizar reuniones familiares a principios de octubre. De concretarse, sería la primera de ese tipo en dos años.
Millones de familias quedaron separadas por el conflicto que condujo a la división de la península en dos Coreas.
Muchos murieron sin poder ver a sus familiares del otro lado de la frontera fuertemente custodiada, a través de la cual toda comunicación civil está prohibida.
Moon, que asumió el poder en mayo, preconiza un diálogo con el Norte como forma de llevar a Pyongyang a la mesa de negociaciones, en medio de crecientes tensiones alimentadas por las ambiciones nucleares norcoreanas.
Sin embargo, Pyongyang realizó una serie de pruebas de misiles en violación a las resoluciones de la ONU, siendo la más reciente la del 4 de julio pasado, cuando probó su primer misil balístico intercontinental, en respuesta a lo cual el presidente norteamericano Donald Trump reclamó la imposición de nuevas sanciones por la ONU al país asiático.