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El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, se reunió con Donald Trump en Estados Unidos para hablar sobre cooperación en migración. Bukele llegó a la base aérea Andrews en Maryland y será el primer líder latinoamericano recibido por Trump en la Casa Blanca. Tras un acuerdo con EE.UU., El Salvador alberga supuestos miembros de pandillas expulsados. Trump elogió a Bukele por su colaboración en detener a pandilleros y anunció su reunión con entusiasmo.
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, llegó este sábado a Estados Unidos para reunirse con un par estadounidense, Donald Trump. En la instancia abordarán el trabajo en conjunto en materia migratoria.
El propio mandatario publicó un video en X, donde se observa el aterrizaje de su avión en la base aérea Andrews de Maryland, siendo recibido por la autoridad local y la embajadora salvadoreña en EEUU, Milena Mayorga.
🇺🇸🤝🏼🇸🇻 pic.twitter.com/INGtvffDdg
— Nayib Bukele (@nayibbukele) April 13, 2025
Se desconoce por el momento la agenda del mandatario hasta el lunes, día en que está previsto que se reúna con Trump.
Desde su regreso a la presidencia en enero, Trump se ha reunido con otros jefes de Estado de América Latina, aunque Bukele será el primero al que recibirá, no en su residencia privada de Mar-a-Lago (Florida), sino en la Casa Blanca.
Lo anterior da cuenta de la buena relación que hay entre ambos y el lugar que ocupa el expublicista en la agenda del magnate.
Tras sellar un contrato que implica una prestación de seis millones de dólares por parte de Washington y del que se desconocen muchos detalles, El Salvador ha permitido el uso del Centro de Confinamiento para el Terrorismo (Cecot), para albergar a supuestos miembros de las pandillas Tren de Aragua y MS-13, expulsados de Estados Unidos.
En el marco de la gran ofensiva migratoria de Trump, Washington ha declarado que el Tren de Aragua está invadiendo su territorio y ha echado mano de una norma de 1897, la ley de Enemigos Extranjeros, para agilizar deportación de supuestos miembros de la organización criminal.
Esa fue la ley que su administración abanderó en un polémico operativo el 15 de marzo, en el que envió al Cecot a 238 venezolanos y 23 salvadoreños, a los que acusó —sin publicar pruebas— de ser pandilleros.
Posteriormente, las autoridades migratorias estadounidenses admitieron haber deportado por error a un salvadoreño llamado Kilmar Ábrego García, residente en Maryland, casado con una ciudadana estadounidense y al que un juez había prohibido devolver a su país.
El pasado jueves el Tribunal Supremo ordenó al Gobierno Federal asegurar su retorno, por eso se espera que tras la reunión de ambos presidentes se anuncia su repatriación el lunes.
Presidente B
Trump aseguró estar “deseoso” de reunirse con su homólogo salvadoreño, a quien calificó como “presidente B” destacando su “generosidad” por colaborar en materia migratoria.
“¡Estoy deseoso de ver al presidente Bukele de El Salvador el lunes!”, escribió el magnate neoyorquino al inicio de un mensaje en su red social Truth Social en el que agradeció la cooperación del país centroamericano a la hora de encarcelar en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) a personas a las que Washington ha expulsado tras acusarlas de ser miembros de las pandillas Ms-13 o Tren de Aragua.
El mandatario recalcó que ambos países “trabajan en estrecha colaboración para erradicar las organizaciones terroristas y construir un futuro de prosperidad” y que “el presidente Bukele ha aceptado con generosidad bajo su custodia a algunos de los enemigos extranjeros más violentos del mundo, y en particular, de Estados Unidos”.
“Estos bárbaros están ahora bajo la custodia exclusiva de El Salvador, una nación orgullosa y soberana, y su futuro depende del presidente B y su gobierno. ¡Nunca más amenazarán a nuestros ciudadanos!”, finalizó.
