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Desnutridas y sin pelo, las víctimas de abusos sexuales comían las sobras del explotador, quien las engañaba con rituales esotéricos. La organización fue fundada en 1989, dos años antes de la disolución de la URSS.

La ciudad de Bariloche, en la provincia argentina de Río Negro, se convirtió en escenario de una historia de terror con nexos de abusos sexuales en Montenegro y Rusia desde los años 80. Con al menos 15 detenidos, allí fue desarticulada la secta criminal “Ashram Shambala”, liderada por el ruso Konstantin Rudnev (57), quien se define como un nexo con un dios de la estrella Sirio, un extraterrestre de poderes místicos.

En pocas líneas, este ciudadano, que en 2013 había sido condenado a 11 años de prisión en Siberia, sometía mentalmente a mujeres, las desligaba de sus bienes y las violaba en orgías, disfrazadas de sesiones de yoga, esoterismo y rituales de obediencia absoluta. Tras un quiebre psicológico, apenas alcanzaba con que les diera las sobras de sus comidas para mantenerlas bajo su control. Todos residían dentro de una cabaña sobre la céntrica avenida Exequiel Bustillo, frente al lago Nahuel Huapi.

Konstantin Rudnev, líder de secta rusa detenido en Argentina
Konstantin Rudnev

A pesar de lo vistoso que suena todo lo descrito para una zona tan turística como Bariloche, el caso recién a luz el mes pasado, precisamente el 21 de marzo pasado, cuando una joven embarazada rusa de 22 años -según su pasaporte, ya que su apariencia refleja no más de 15- llegó al hospital Ramón Carrillo junto a otras dos mujeres de la misma nacionalidad. Bastó que las acompañantes no pudieran contestar la pregunta de quién era el padre y dónde se alojaban para que la Justicia advirtiera que algo (grande) ocultaban. De hecho, una de ellas llevaba un rodete y tenía poco pelo.

Las mujeres rusas abandonaron el hospital, pero horas después regresaron, quizá impulsadas por la urgencia de un parto sin asistencia. Las estaban esperando agentes de la Policía Federal Argentina (PFA), apostados en el sanatorio por orden del fiscal federal Fernando Arrigo, quien había recibido una denuncia de un médico sorprendido por la actitud vista en el consultorio.

La embarazada finalmente dio a luz y quedó internada, mientras que sus acompañantes fueron detenidas bajo los cargos de trata de personas con fines de sometimiento y falsedad ideológica. Claro, para mantener su enigma, habían intentado cambiarle el nombre al recién nacido.

Las detenidas, de 40 y 44 años y de nacionalidad rusa, tenían vencido su tiempo de permanencia en Argentina, según el registro de la Dirección de Migraciones. Mientras las autoridades procedían a identificarlas, otras dos mujeres llegaron al hospital para ver qué pasaba con la embarazada. Después de ser interrogadas, los investigadores dieron con el lugar donde residían y los horrores allí confinados.

Entonces se incautaron computadoras, teléfonos móviles, 131 pastillas de cocaína, vehículos, un handy con antena y sumas de dinero de distintas monedas, además de otros elementos de interés para la causa.

Así detuvieron al líder de la secta rusa en el aeropuerto: casi se suicida

Unos días después, el lunes 28 de marzo, la Policía del Aeropuerto de Bariloche fue alertada por la partida de un hombre y siete mujeres de nacionalidad rusa que habían adquirido un pasaje con destino final a Brasil, previa escala en el Aeroparque de la Ciudad de Buenos Aires.

Los ocho quedaron detenidos, así como otras seis personas que los esperaban en la capital argentina (un hombre en pantuflas y cinco mujeres rusas).

Tal como aquellas que habían asistido al hospital, las mujeres demoradas en el aeropuerto patagónico evidenciaban rasgos de debilidad física, desnutrición y poco pelo.Buscando zafar del arresto, el caballero que las acompañaba sacó una navaja de afeitar que llevaba en su billetera y se hizo un corte en el cuello. Lo frenaron antes de que se desangrara.

Su pasaporte confirmó las peores sospechas: Konstantin Rudnev, el peligroso ruso que había sido condenado a la cárcel en Siberia por violar a unas 15 mujeres y cinco varones, algunos de los cuales eran menores de edad al momento de los hechos. Además, se lo vincula a la desaparición de personas en Montenegro.

El hombre de 57 años afirmaba gozar de una conexión especial con un dios alienígena proveniente de la estrella Sirio y que poseía poderes especiales, entre ellos comunicarse con seres de otros planetas. Se atribuía también la capacidad de curar enfermedades y de predecir el futuro, uno en el que seguramente nunca llegó a vislumbrar que su final sería dentro de una celda en Argentina.

En detalle, Konstantin Rudnev, cabeza de la secta Ashram Shambala, fundada a finales de los años 80 en Novosibirsk, se autoproclama el “Gran Shaman Shri Dzhnan Avatar Muni”, una leyenda que le permitió reunir a unos 20.000 seguidores, con células activas en distintas regiones de la ex Unión Soviética, según informes periodísticos de la época. En su comunidad, combinaba yoga y esoterismo con rituales de índole sexual, donde lideraba orgías y sus seguidoras danzaban desnudas a su alrededor.

Mujeres de secta rusa detenidas en Argentina
Mujeres de secta rusa detenidas en Argentina

De acuerdo a la principal hipótesis, cuando fue detenido en el aeropuerto de Bariloche, Rudnev y su grupo de mujeres estaban a punto de abordar un vuelo hacia Buenos Aires, desde donde planeaban continuar viaje a Brasil y extender el culto criminal.

Las sospechas de la Justicia también recayeron sobre Tamara Saburova, pareja de Rudnev y una de las detenidas, quien podría desempeñar un papel clave dentro de una presunta red de trata de personas.

Semejante caso fue destacado por la ministra de Seguridad trasandina, Patricia Bullrich, quien señaló la importancia de frenar a tiempo la secta. “En su intento de fuga a Brasil, les cerramos todas las salidas. Los sospechosos están tras las rejas. Con las mafias no hay tregua: las destruimos”, celebró en X adjuntando el video de los detenidos.