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Los dos aviones colombianos que viajaron a Estados Unidos para llevar de regreso a migrantes de ese país deportados por el gobierno de Donald Trump ya llegaron a Bogotá.

Según confirmó el presidente Gustavo Petro en sus redes sociales, la primera de estas aeronaves, de la Fuerza Aeroespacial Colombiana (FAC), arribó al aeropuerto internacional El Dorado proveniente de El Paso, Texas, con 91 ciudadanos colombianos.

“Son colombianos, son libres y dignos y están en su patria, donde se les quiere”, escribió el mandatario colombiano junto a imágenes en las que se ve a los migrantes sin sus manos esposadas.

“El migrante no es un delincuente, es un ser humano que quiere trabajar y progresar, vivir la vida”, agregó en su perfil de X, conocida anteriormente como Twitter.

Posteriormente, la Cancillería de ese país informó el aterrizaje en el Aeropuerto Militar de CATAM, también en la capital colombiana, del segundo avión proveniente de San Diego, California, con 110 colombianos deportados por EE.UU.

“El bienestar de nuestros connacionales y la garantía de sus derechos es una prioridad del gobierno colombiano”, manifestó el ministerio de Exteriores.

La noche del domingo los gobiernos de ambos países dieron por superado el impasse diplomático desatado tras la decisión inicial de Petro de no permitir el ingreso de colombianos deportados desde EE.UU.

“Los EE.UU no pueden tratar como delincuentes a los migrantes colombianos. Desautorizo la entrada de aviones norteamericanos con migrantes colombianos a nuestro territorio. EE.UU debe establecer un protocolo de tratamiento digno a los migrantes antes que los recibamos nosotros”, escribió ese día el presidente colombiano en X.

En represalia, Trump anunció un arancel del 25% sobre todos los productos colombianos que entran a EE.UU, además de limitaciones y prohibiciones de visados para altos funcionarios del gobierno colombiano y un reforzamiento de la inspección de aduanas y la protección fronteriza frente a los “cargamentos (de productos) colombianos”.

Pese a que posteriormente Petro respondió con el principio de reciprocidad, ordenando al ministro de Comercio, Industria y Turismo, Luis Carlos Reyes, “elevar los aranceles de importaciones desde los EE.UU en un 25%”, finalmente se llegó a un acuerdo para así evitar una guerra comercial.

Fue así como la noche de ese mismo domingo la Casa Blanca dio por cerrada la crisis con Colombia, asegurando que el gobierno de Bogotá aceptaba “todos los términos del presidente Trump” al respecto.

En conversación con la emisora Blu Radio, el embajador de Colombia en Washington, Daniel García-Peña, admitió que la crisis estuvo a punto de ser “crítica”, agregando que una “guerra comercial” hubiese sido “terrible” para ambas partes.

“No llegamos a eso (de romper relaciones), pero estuvimos a punto de una situación muy crítica”, señaló García-Peña. “La guerra comercial y la amenaza de aranceles hubiera sido terrible no solo para Colombia sino también para Estados Unidos”, mencionó.