El Tribunal de Casación de Francia confirmó durante este miércoles la condena contra Nicolas Sarkozy por corrupción y tráfico de influencias, convirtiéndose así en la primera sentencia definitiva contra el expresidente, quien enfrenta otras causas judiciales.
Tal como detalla EFE, el exmandatario galo aceptará la pena de un año de arresto domiciliario con un brazalete electrónico, aunque apelará ante el Tribunal de Estrasburgo.
Sarkozy, quien gobernó entre 2007 y 2012, se convertirá así en el primer expresidente francés obligado a cumplir una condena de arresto, aunque sea domiciliaria.
El político de 69 años comparecerá en las próximas semanas ante un juez, quien determinará las modalidades en las que llevará el brazalete así como también las condiciones de su arresto.
Pese a que se encuentra alejado de la primera línea política, el expresidente aún mantiene gran influencia en la derecha francesa, e incluso sigue teniendo contactos regulares con el actual mandatario, Emmanuel Macron.
Caso Bismuth
Sarkozy es juzgado en París por corrupción y tráfico de influencias en el llamado Caso Bismuth, en alusión a la identidad falsa que utilizó para tratar de evadir a la justicia.
De acuerdo a RFI, todo comenzó en 2013, mientras era investigado por presunta financiación ilícita de su campaña a la presidencia con dineros provenientes de Libia. Los investigadores comenzaron a interceptar su teléfono, así como el de sus exministros Claude Guéant y Brice Hortefeux.
Fue en medio de estas pesquisas que descubrieron que Sarkozy y Thierry Herzog, su abogado y amigo íntimo, habían comprado teléfonos con tarjeta prepago que no estaban a su nombre para así comunicarse discretamente. Una de estas líneas fue abierta bajo el nombre de “Paul Bismuth”.
Estas escuchas telefónicas revelaron que ambos habían recibido de Gilbert Aziber, magistrado de la Corte de Casación, información secreta sobre procesos judiciales en contra de Sarkozy. Pero no sólo eso, ya que además permitieron descubrir las maniobras de Aziber para favorecer al exmandatario en dichas causas.
A cambio de esta “ayuda”, el magistrado había pedido convertirse en Consejero de Estado en Mónaco después de su retiro del poder judicial.
Cabe señalar que el 6 de enero iniciará el juicio por la presunta financiación ilegal de 2007 con fondos del régimen libio de Muamar Gadafi. En esta instancia podría asistir ya con el brazalete electrónico.
A lo anterior se suma otro caso, también por financiamiento ilegal, relacionado a su campaña de 2012, en la que habría empleado un sistema de falsas facturas para así disimular la inversión en sus costosos mítines.
Por esta causa, Sarkozy fue condenado en febrero pasado a seis meses de prisión firme y otros tantos exentos de cumplimiento en el juicio en Apelación. Sin embargo, el expresidente recurrió ante el Supremo, el que no se pronunciará hasta el segundo semestre de 2025.