En el violento engranaje del crimen organizado en América Latina, las mujeres han asumido roles clave dentro de bandas como el Tren de Aragua, originario de Venezuela, y Los Pulpos, nacida en Perú.
Diversas mujeres han jugado un papel importante en la estructura de estas organizaciones, enfrentando realidades complejas que las han llevado a ocupar posiciones significativas.
Perú ni Chile han sido la excepción: casos recientes como el de ‘La China’, Mary Emilia Colmenarez y la temida Wanda del Valle evidencian la creciente participación femenina en actividades como la explotación sexual, el sicariato y el tráfico de drogas.
La ‘Bebecita del crimen’
Uno de los rostros más notorios, que estuvo vinculado al Tren de Aragua, fue el de Wanda del Valle Bermúdez, conocida como la ‘Bebecita del crimen’ o ‘La Bebecita del TikTok’.
A sus 26 años, Wanda fue señalada por las autoridades fiscales y policiales como una figura clave en las operaciones delictivas de la megabanda en Perú y otros países de la región.
La joven venezolana, inicialmente conocida en redes sociales por sus sensuales bailes, lujos ostentosos y viajes paradisiacos, se convirtió en una de las líderes criminales más temidas, según reportes de inteligencia de la Policía peruana.
Bajo el liderazgo de su expareja, el abatido delincuente Christopher Fuentes González, alias ‘Maldito Cris’, Wanda asumió un rol activo en la red de extorsión y sicariato que controlaba zonas de Lima, la capital de Perú.
Su presencia en plataformas como TikTok servía para desviar la atención de sus actividades criminales, pero las autoridades peruanas lograron identificar su verdadera identidad: una mujer que, de acuerdo a reportes policiales, llegó a ofrecer 40 mil dólares para atentar contra la vida de un alto oficial de la policía, el coronel Víctor Revoredo.
“El caso de Wanda demuestra que las mujeres en estas organizaciones no solo cumplen funciones logísticas, sino que también participan activamente en acciones violentas de alto impacto, como el sicariato, sin que esto sea un fenómeno aislado ni excepcional”, reflexiona Revoredo.
La líder que cayó en Arica
Mientras en Perú la figura de Wanda del Valle dominaba titulares, en Chile emergió el nombre de Jonahary Jaqueline Navarro, conocida como ‘La China’. Detenida en mayo de este año en Arica, la joven venezolana operaba como una de las líderes del Tren de Aragua en el norte del país.
De acuerdo con las investigaciones policiales, ‘La China’ había ascendido en la banda gracias a su relación con uno de los jefes de la organización. Una vez ganada su confianza, asumió la coordinación de redes de explotación sexual y narcotráfico entre Chile y Venezuela. Su objetivo era claro: fortalecer la presencia del Tren de Aragua en la región.
Con su captura evidenció la capacidad de las mujeres para escalar posiciones dentro del crimen organizado y operar con perfiles bajos, una estrategia frecuente entre las integrantes femeninas de estas bandas delictivas.
La tiktoker de Concepción
Otro caso emblemático en Chile fue el de Mary Emilia Colmenarez, detenida en Concepción. Junto a su pareja, el colombiano Luis Felipe Franco Ceballos, lideró una célula del Tren de Aragua dedicada a la explotación sexual y el narcotráfico.
Colmenarez, originaria de Puerto Cabello, Venezuela, llegó a Chile en 2021 y rápidamente comenzó a exhibir una vida de lujos en redes sociales, especialmente en TikTok.
Sus publicaciones, donde mostraba joyas, relojes de oro y viajes a cabañas exclusivas, ocultaban su verdadero rol en la banda: supervisar el cobro de un “impuesto” de 4.500 dólares a mujeres explotadas sexualmente.Además, según las investigaciones, servía de “gancho” en anuncios falsos para atraer clientes, consolidando su papel como administradora y operadora dentro de la organización.
“Colmenarez no solo era parte de la logística de la banda, sino que también participaba activamente en las decisiones que afectaban a las mujeres explotadas”, explicó el fiscal Patricio Aravena durante el proceso judicial que la llevó a prisión preventiva en mayo del año pasado.
La policía infiltrada
En paralelo al avance del Tren de Aragua, la banda peruana Los Pulpos, nacida en el norte del Perú, también ha visto cómo mujeres desempeñan roles claves. Uno de los casos más polémicos es el de Elizabeth Llaure Fernández, conocida como ‘La Madrina’.
Llaure utilizó su cargo, como suboficial de la policía peruana, para colaborar con la organización criminal en actividades como extorsión, secuestros y homicidios.
La agente, capturada en noviembre de este año, había proporcionado armas y municiones a sicarios de la banda, filtrado información sobre operativos policiales y facilitado las operaciones del grupo, que tiene presencia confirmada en Chile.
El traslado del dinero
Además de roles administrativos y violentos, las mujeres en bandas como el Tren de Aragua y Los Pulpos cumplen una función crucial en el traslado de dinero ilícito.
En el caso de Los Pulpos, las autoridades peruanas identificaron a varias mujeres como responsables de transportar grandes sumas de dinero hacia el vecino país de Chile, donde se presume que el número uno de la banda, Johnson Cruz Torres, se encuentra escondido. BioBioChile, justamente, publicó un informe exclusivo de este entramado criminal.
“Sabemos que estas mujeres salen del país con dinero fraccionado producto de las extorsiones y secuestros. Sus movimientos migratorios indican una clara conexión con Chile”, explicó el general José Zavala, jefe de la Región Policial La Libertad en Perú.
“Son más violentas”
El uso de las redes sociales es un patrón recurrente entre estas mujeres. Desde Wanda del Valle hasta Mary Emilia Colmenarez, muchas de ellas han construido imágenes públicas atractivas y lujosas en plataformas como TikTok e Instagram, donde proyectan una vida de excesos que contrasta con la violencia de sus actividades criminales.
“Les interesa poco o nada lo que es la policía, la justicia, tienen otro pensamiento delictivo. Son, incluso, más violentas y sanguinarias que muchos hombres”, advierte César Ortiz Anderson, analista en seguridad y presidente de Aprosec.
Sus apariencias inofensivas sirven tanto para reclutar nuevas víctimas como para desviar la atención de las autoridades, quienes deben enfrentar ahora un fenómeno más complejo: el papel estratégico y operativo que las mujeres desempeñan en las bandas criminales más peligrosas de la región.
En Chile, Perú y otros países de Latinoamérica, los casos de Wanda del Valle, ‘La China’ y Mary Emilia Colmenarez no son excepciones. Por el contrario, reflejan una tendencia creciente donde la belleza, el lujo y la peligrosidad se entrelazan en una misma figura, redefiniendo el rol femenino en el crimen organizado transnacional.