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El presidente Gabriel Boric tuvo un desencuentro con su par argentino, el libertario Javier Milei, al expresar su apoyo al rol del Estado en una economía inclusiva y criticar el neoliberalismo. Milei, contrario a la intervención estatal, mostró su descontento con las posturas de Boric. En el contexto del G20, Boric defendió la inclusión social, recibiendo críticas de Milei y del canciller argentino. Por otro lado, Milei también tuvo desencuentros con líderes de otros países, como Gustavo Petro de Colombia. A pesar de haber tenido un inicio cordial, las diferencias ideológicas han marcado la relación entre Boric y Milei, con intercambios de críticas y posturas opuestas en eventos internacionales.

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El acto conmemorativo en el Vaticano, a 40 años del tratado por el canal Beagle, quedó opacado por el desplante del presidente argentino y su canciller, originado por diferencias en el G20.

Bastó que el presidente Gabriel Boric hablara a favor del rol del Estado para una economía inclusiva y afirmara que el neoliberalismo sólo produce pobreza para que su par trasandino, el libertario Javier Milei, le hiciera el desplante en el 40º aniversario de un hito histórico para Chile y Argentina, ambos alejados del legado de fraternidad de Bernardo O’Higgins y José de San Martín.

La ausencia de los presidentes, así como también del canciller trasandino, Gerardo Werthein, dejó una postal fría en el acto conmemorativo por el tratado de paz del conflicto del canal Beagle, firmado el 29 de noviembre de 1974, y que tuvo el lunes al papa Francisco como anfitrión en el Vaticano.

Apenas estuvieron el ministro de Relaciones Exteriores, Alberto van Klaveren, y el embajador argentino ante la Santa Sede, Luis Pablo Beltramino, deslucidos por el “desencuentro” de Boric y Milei ocurrido en la cumbre del G20, días antes en Brasil.

Si bien firmó el documento final de los líderes, el jefe de Estado argentino reiteró sus disidencias con la intervención estatal en materia social, las cuestiones de género y las acciones de los líderes globales contra el cambio climático, con especial énfasis en la Agenda 2030.

“El error de que para combatir el hambre y la pobreza hace falta mayor intervención estatal y mayor planificación centralizada de la economía”, fue una de las frases contundentes de Milei en su discurso que, según el diario brasileño O Globo y la agencia italiana ANSA, ningún colega aplaudió.

El “chispazo” con Chile se dio justo cuando Boric, en su rol de invitado por el Brasil de Luiz Inácio Lula da Silva, siguió a Milei en el orden de exposiciones y marcó un fuerte contrapunto. A diferencia de su par trasandino, el Presidente defendió el rol activo del Estado chileno. Además, le hizo un guiño a la mexicana Claudia Sheinbaum, heredera de Andrés Manuel López Obrador y otra rival ideológica del líder libertario en América Latina.

“Nosotros, desde Chile, estamos convencidos que, con una economía inclusiva, en donde el Estado juegue un rol generando espacios comunes, en donde haya aspectos de la sociedad que no sean sujetos de negocios, sino que sean concebidos como derechos: las pensiones, la salud, la educación, el reconocimiento de los cuidados, como bien ha dicho Claudia Sheinbaum. Podemos generar sociedades más justas e inclusivas”, manifestó Boric durante su intervención en la cumbre del G20, cuya sintonía con Sheinbaum (México), Lula (Brasil) y Gustavo Petro (Colombia) quedó inmortalizada con una foto de unidad regional en X.

Al gobierno argentino poco le agradó el discurso de Boric, algo que deslizó el canciller argentino Gerardo Werthein y razón por la que Milei habría dado la orden de bajarse del acto por los 40 años de la paz en el canal Beagle.

El ministro de Relaciones Exteriores argentino indicó que “desafortunadamente, a veces ocurren situaciones dentro de las relaciones bilaterales que afectan estas dinámicas”. Sin ahondar en detalles, dijo que hubo un “desencuentro” con Chile en el G20 y que, en consecuencia, “no era el mejor momento para hacernos presentes en forma personal” en la reunión del Vaticano.

En el Palacio de la Moneda también dieron su versión, pero sin polemizar. “Nosotros mantenemos y defendemos las relaciones diplomáticas con todos los países, porque entendemos que las relaciones diplomáticas existen para vincular a nuestros pueblos, independientemente de los gobiernos de turno”, declaró la ministra vocero de Gobierno, Camila Vallejo.

Al ser consultada por los motivos de Argentina para enviar una representación diplomática de segundo orden, la funcionaria apuntó que “es algo que no nos corresponde a nosotros responder, sino que a ellos”.

Vale recordar que, en 2009, cuando se hizo un acto en el Vaticano por los 25 años del mismo tratado de paz del Beagle, el papa Benedicto XVI reunió a Cristina Fernández de Kirchner y Michelle Bachelet.

Aunque evitó hacer un cuestionamiento directo a Milei por su actitud, Francisco mencionó ese antecedente en su discurso del lunes pasado: “En aquella circunstancia, Benedicto XVI puso de relieve que no son sólo dos naciones vecinas sino mucho más. Son pueblos hermanos con una vocación común de fraternidad, de respeto y de amistad que es fruto de la tradición católica que está en la base y la historia de su rico patrimonio cultural y espiritual”.

Desencuentro con Petro

En paralelo a Boric, Milei también tuvo otro desencuentro con su par colombiano, el también socialista Gustavo Petro. En este caso, una pelea del orden mediático a raíz de versiones enfrentadas y desmentidas tanto de un lado como el otro, sin pruebas a la vista aún.

El presidente de Colombia reveló haber tenido una discusión con el argentino cuando dijo que el trabajo conjunto y no individual es la base para lograr el progreso de los países.

“Este fue el tema por el que peleé verbalmente con Milei en la reunión de los más grandes poderosos del G20, que no aparece en ninguna parte de la comunicación televisiva mundial ni colombiana por una sola razón: la delegación argentina, a la cual le entregan los videos de su intervención, la escondió”, afirmó Petro.

Ante la acusación del ocultamiento del material, Milei negó que existiera un cruce con Petro. Eso sí, haciendo alarde de su estilo tuitero contra los periodistas que levantaron la noticia: “La realidad es que la gran mayoría son grandes mentirosos y farsantes. Por suerte hay testigos que demuestran que sus bocas mienten. CIAO!”.

En tanto, el sherpa de la delegación argentina en el G20, Federico Pinedo, explicó que entre Milei y Petro pasó algo similar a lo de Boric: diferencias en los discursos políticos.

“No hubo una pelea. Milei hizo una primera intervención defendiendo al capitalismo de mercado como mecanismo para salir de la pobreza y cuestionó al socialismo. Muchos minutos después le llegó el turno a Petro de hablar y Milei no estaba en la sala. Petro hizo un discurso muy de izquierda cuestionando al liberalismo. Milei hizo un discurso diciendo una cosa y Petro hizo otro, media hora después, diciendo lo contrario”, aclaró Pinedo en diálogo con diario La Nación.

Milei y Boric: una relación desencantada

Si bien es de público conocimiento que tienen conflictos irremediables por sus ideologías, ambos mandatarios iniciaron su relación de manera cordial y dialoguista. De hecho, el presidente Boric fue el único líder referenciado en la izquierda que acompañó a Milei en la asunción presidencial del 10 de diciembre de 2023 en Buenos Aires. Hubo hasta foto protocolar y saludo afectuoso, pese a estar rodeado en Casa Rosada por ultraderechistas como su otrora contrincante electoral José Antonio Kast.

Milei, en cambio, siempre que pudo ha denostado a Boric. En su época de diputado y panelista en los canales de noticias, allá por diciembre de 2021, calificó el triunfo presidencial del candidato de Apruebo Dignidad como una “espantosa noticia”.

Y en una visita a Chile en julio de 2023, el economista lanzó: “Así como esperamos sacar la plaga kirchnerista, en realidad toda la plaga socialista que azota a Argentina por más de 100 años, espero que ustedes tengan la dicha y la altura como para poder sacarse también a este empobrecedor de Boric”.

El Presidente le contestó con firmeza. Cuando en junio de 2024 estalló un conflicto con Argentina por paneles solares ubicados en suelo chileno, al norte de Tierra del Fuego, Boric clamó: “O los sacan ellos o los sacamos nosotros”.

Dos meses después, Milei viajó a Chile, pero no se quiso cruzar con su par y se limitó a un evento privado de la industria del gas.

En octubre pasado, la ministra de Seguridad de Milei, Patricia Bullrich, responsabilizó a Chile por el aumento de la delincuencia en Argentina. La misma funcionaria que alguna vez sostuvo que había presencia en Iquique de la organización terrorista Hezbolá y luego se desdijo.