En menos de cuatro años, el cielo de Lima será el escenario de una nueva era en la exploración científica. La NASA y la Agencia Espacial del Perú (Conida) firmaron un acuerdo histórico para el lanzamiento de cohetes sonda desde la capital peruana, como parte de la ambiciosa campaña CIELO 2028.
Desde la base aérea de Punta Lobos, en Pucusana, al sur de Lima, los cohetes comenzarán a elevarse decenas de kilómetros sobre el cielo, como parte de los esfuerzos de la NASA para estudiar fenómenos científicos. La estratégica ubicación de esa estación fue un factor clave para que la agencia estadounidense eligiera al Perú como aliado en esta misión.
Bill Nelson, administrador de la NASA, destacó la importancia estratégica del Perú para las investigaciones científicas, señalando que el país “es un lugar de maravillas celestes”, debido a su posición única que facilita la observación astronómica y la investigación espacial.
El mayor general de la Fuerza Aérea del Perú (FAP), Roberto Melgar Sheen, jefe de Conida, explicó que fue un factor clave para la NASA la ubicación de Punta Lobos, ideal para estudiar los efectos del Sol sobre el campo magnético terrestre. Esta base, que ya fue utilizada en misiones previas, será el epicentro del lanzamiento de entre 10 y 14 cohetes sonda a partir de 2028.
Los cohetes sonda son vehículos suborbitales diseñados para transportar instrumentos científicos al espacio, donde recogen datos cruciales para entender el comportamiento de la atmósfera, el clima y los fenómenos astronómicos. Estos lanzamientos permitirán obtener información valiosa que puede ser utilizada para mejorar los modelos climáticos y ampliar el conocimiento sobre el sistema solar.
El ecuador magnético
Punta Lobos le otorga a la NASA una ventaja única para la investigación científica. Se encuentra justo en el ecuador magnético, una zona donde las líneas del campo magnético de la Tierra son paralelas a la superficie, lo que facilita el estudio de las perturbaciones causadas por partículas energéticas provenientes del espacio exterior.
Según estudios recientes de la comunidad científica, esta área presenta características geofísicas que la hacen ideal para el análisis de fenómenos espaciales que solo se pueden observar en el ecuador magnético, una zona que hasta hace poco no había sido estudiada en detalle.
Jorge Samanez, director del Departamento de Astrofísica de Conida, precisó que la zona produce una corriente de partículas energéticas que generan perturbaciones en el campo magnético terrestre. Estas variaciones son de gran interés para los científicos, ya que proporcionan información clave sobre cómo el Sol afecta la atmósfera de la Tierra.
Para obtener datos detallados sobre estos fenómenos, la NASA utilizará sus modernos vehículos suborbitales, que alcanzarán altitudes suficientes para captar información sobre el comportamiento del campo magnético y sus efectos en la ionósfera (capa alta de la atmósfera terrestre cargada de iones y ondas de radio).
Para el jefe de Conida, estos lanzamientos representan un “polo de desarrollo científico” que atraerá a científicos internacionales y brindará oportunidades de aprendizaje para estudiantes e investigadores locales.
¿Qué es CIELO 2028?
El proyecto CIELO 2028 no solo implica la colaboración de la NASA, sino también un fuerte componente de participación local. Los investigadores de Conida y los científicos peruanos tendrán un papel activo en el ensamblaje de los cohetes y en el procesamiento de los datos recogidos durante las misiones.
De hecho, se espera que al menos uno de los cohetes sonda lanzados lleve una carga útil desarrollada completamente en Perú, lo que representa un logro significativo para la industria espacial local.
El comandante FAP Roger Alonso Morales Cabrera, director de Tecnología Espacial, destacó que la infraestructura de Punta Lobos ya ha sido utilizada en misiones previas con la NASA, concretamente en 1975 y 1983. Esta experiencia asegura que la base está completamente preparada para las exigencias de la nueva campaña.
Además, en 2021 se realizó el lanzamiento del cohete Paulet 1-C, lo que confirma la capacidad de Conida para gestionar proyectos espaciales de gran envergadura.
Para la campaña CIELO 2028, la NASA traerá plataformas de lanzamiento móviles, que permitirán lanzar múltiples cohetes simultáneamente. Las características de los cohetes variarán según el tipo de datos que se deseen obtener, y se estima que las primeras misiones alcanzarán los 80 kilómetros de altura, con el objetivo de superar los 120 kilómetros en lanzamientos posteriores.
La segunda razón
El Perú tiene otra ventaja estratégica que lo hace aún más atractivo para la NASA: el Radio Observatorio de Jicamarca, operado por el Instituto Geofísico del Perú (IGP). Con más de 18.000 antenas, este centro se ha convertido en un referente mundial en el estudio de la ionósfera ecuatorial. Su capacidad para medir parámetros físicos como la densidad, temperatura y composición química de la capa alta de la atmósfera ha sido fundamental para diversas investigaciones científicas.
El IGP ha sido un aliado clave en el proyecto, ya que el observatorio complementará la información obtenida por los cohetes sonda.
Gracias a su potente radar, será posible realizar mediciones precisas de los fenómenos ocurridos a altitudes que van desde los 60 hasta los 1.000 kilómetros, proporcionando datos valiosos para los investigadores de todo el mundo.
Educación e innovación
La colaboración entre la NASA y el Perú no solo tiene implicaciones científicas, sino también educativas. Conida ya identificó a 14 grupos de estudiantes y egresados de diversas universidades que trabajan en proyectos de tecnología espacial. Estas agrupaciones, que incluyen a estudiantes de ingeniería mecánica, electrónica y química, serán una parte integral de la campaña CIELO 2028.
A través de esta alianza, Conida busca fomentar el desarrollo de nuevos talentos y fortalecer la cooperación entre la comunidad científica peruana y las principales agencias espaciales del mundo. Los proyectos conjuntos permitirán a los investigadores locales ganar experiencia en el ensamblaje de cohetes y en el análisis de datos espaciales.
Para nadie es un secreto que el Perú se perfila como un actor emergente en la carrera espacial de la mano con la NASA, gracias a su ubicación estratégica y a la infraestructura científica que ha ido desarrollando en las últimas décadas.
Primero fue la elección de la base aérea El Pato (Piura) para convertirla en el puerto espacial más grande de Sudamérica y ahora la campaña CIELO 2028. Ambas representan oportunidades únicas para el país, no solo para avanzar en el conocimiento de los fenómenos espaciales, sino también para posicionarse como un centro de investigación y desarrollo de tecnología espacial a nivel global.