En una nueva embestida contra el progresismo, la novela “Cometierra”, de Dolores Reyes, generó malestar en algunos padres y llegó a enfrentar a la vicepresidenta Victoria Villarruel con el gobernador de Buenos Aires, el peronista Axel Kicillof.
La batalla cultural del gobierno de Javier Milei contra el progresismo halló un nuevo enemigo en Argentina: los libros con escenas sexuales que están disponibles para adolescentes en el nivel secundario (medio). Las autoridades nacionales hablan de “exaltación de la pedofilia” e “ideología de género”, pero los ministros de Educación locales defienden el material. Por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires, gobernada por el peronismo opositor, aseguran que la Nación va en contra de la Educación Sexual Integral (ESI), prevista por la Ley N° 26.150 de 2006.
La obra literaria cuestionada se llama “Cometierra”, escrita por la argentina Dolores Reyes y editada originalmente en 2019. Aborda una problemática tan actual como la de los femicidios (en 2023 hubo 250 mujeres que fueron asesinadas en contexto de violencia de género, según la Corte Suprema de Justicia de Argentina) a través de una protagonista, en un barrio pobre, con una habilidad sobrenatural que la conecta con víctimas de crímenes, desapariciones, abusos y desamparo. Por el éxito que tuvo, una serie para Amazon Prime Video ya está en camino con estreno tentativo para 2025.
“Sacó su pija (pene) por encima del bóxer y me la acercó a la boca. Me dejé llevar a un beso tan suave como si lo que besaba fuese una lengua. Le bajé el bóxer del todo. La piel que tocaba me gustaba” es una de las partes de “Cometierra” que provocó la indignación de algunos padres.
Polémica en escuelas de Argentina por libros con escenas sexuales
Dos casos de rechazo se dieron casi de manera consecutiva. A mediados de octubre, en la ciudad de Mendoza, apoderados de alumnos en el colegio Corazón de María, de tradición católica y arancelado, denunciaron que el profesor de Literatura de quinto año de nivel medio (17-18 años) impartió “literatura inapropiada”, en referencia al contenido de “Cometierra”. Sin embargo, quedó apenas en un reclamo y la polémica derivada, ya que no es considerado delito por la Justicia.
Tras la queja, desde la institución educativa emitieron un comunicado: “El docente ha sido suspendido de manera provisional, prohibiéndosele el ingreso al establecimiento y cualquier tipo de contacto con los estudiantes, ya sea por medios físicos o electrónicos”.
No obstante, la suspensión fue recibida de manera negativa por el Sindicato Argentino de Docentes Privados (Sadop), que advirtió en un comunicado acerca de un “ensañamiento con el docente” y “persecución ideológica”: “¿A cuánto estamos, en pleno 2024, de que a alguien le surja el reflejo de prohibir libros? En este caso, un título nacional traducido a varios idiomas. Defendemos la educación como un espacio de reflexión con sentido crítico, y defendemos a los educadores abocados a ella”.
En tanto, la Dirección General de Escuelas de Mendoza (DGE), el organismo gubernamental a cargo de la educación en esa provincia argentina, dijo que “Cometierra” no está incluido en la lista de textos recomendados por la Dirección de Acompañamiento Escolar.
La polémica escaló a nivel nacional cuando la vicepresidenta Victoria Villarruel compartió en su cuenta de X fragmentos de “Cometierra”, así como de “Las aventuras de la China Iron”, de Gabriela Cabezón Cámara, y criticó con dureza al gobernador de la provincia de Buenos Aires, el peronista Axel Kicillof, ya que “Cometierra” forma parte del material a disposición en las escuelas secundarias como parte del programa educativo “Identidades bonaerenses” (aunque no es obligatorio).
“Los bonaerenses no merecen la degradación e inmoralidad que Kicillof les ofrece. Existen límites que nunca deben pasarse. ¡Dejen de sexualizar a nuestros chicos, saquen de las aulas a los que promueven estas agendas nefastas y respeten la inocencia de los niños! ¡¡Con los chicos NO!!”, escribió Villarruel, conocida por sus posturas conservadoras en lo social.
Si bien el presidente Milei no se refirió directamente al asunto, sí dio aval y replicó algunos mensajes de sus seguidores atacando los libros distribuidos por la gobernación de Kicillof.
La respuesta al gobierno de Milei: “Van contra la Educación Sexual Integral”
Frente al rechazo de la Casa Rosada, el ministro de Educación de Buenos Aires, Alberto Sileoni, aclaró que el material tan discutido está dirigido a estudiantes mayores de 16 años y que lo que busca la administración libertaria es tirar abajo la ley de Educación Sexual Integral (ESI), dirigida a los adolescentes como parte del programa escolar.
“Nosotros no somos provocadores, somos educadores. No son libros para educación sexual, forman parte de una colección llamada ‘Identidades Bonaerenses’. No se obliga a los estudiantes a leerlos. Son herramientas de apoyo para los docentes, que abren un mundo al que muchos chicos no tienen acceso”, dijo el funcionario en radio AM 750.
“Dicen que estos libros alientan la sexualidad, pero es lo opuesto: se trata de trabajar con el mejor adulto posible después de la familia, el docente. Y, en muchos casos, es el primero, porque algunos chicos aún no pueden hablar de estas cosas con sus padres”, explicó, aclarando que los libros están en las bibliotecas y que cada ejemplar es acompañado por el docente si incluye temáticas políticas, de sexo o vocabulario soez.
“Yo creo que van contra la ESI y, de paso, le pegan al gobernador (Kicillof), que ha demostrado un camino bien equidistante del Gobierno nacional”, aseguró el funcionario del área de educación.
Pese a que esta vez tomó discusión a nivel nacional, no es la primera vez que “Cometierra” genera escándalo en las aulas. De hecho, en la provincia patagónica de Neuquén, hubo en julio de 2022 un rechazo de padres cuando descubrieron que sus hijos habían tenido acceso a “Cometierra”. En aquel momento, la autora Dolores Reyes escribió una columna en El Diario AR donde expresó que “un relato de una primera relación sexo-afectiva no es pornografía y en todo caso, son los pibes lo suficientemente aptos y lúcidos para emitir sus propios juicios acerca de lo que leen”.
“¿Es necesario explicar que muchísimos alumnos de 16, 17 o 18 años, ya tuvieron relaciones sexuales cuando cursan los últimos años de secundaria? ¿Por qué es algo que la literatura no puede contar o peor aún, por qué no es su lengua la que puede dar cuenta de esa experiencia en distintas ficciones?”, cuestionó la escritora del libro que abrió una grieta más en el país vecino.
Sus colegas, entre ellos Claudia Piñeiro, Juan Sasturain, Gabriela Cabezón Cámara, Martín Kohan y Cristian Alarcón, llamaron a una lectura colectiva de la novela a modo de defensa a la embestida del gobierno de Milei. El gobernador bonaerense Axel Kicillof no se quedó atrás y subió una foto suya leyendo “Cometierra” y otras obras cuestionadas en las escuelas, como para dejar en claro su posición.
La vicepresidenta Villarruel no tardó en hacerse eco, otra vez indignada a través de X: “Nunca es buen día para leer libros que exaltan la pedofilia y sexualizan a los niños, Kicillof”.