El exfuncionario de las Naciones Unidas designado para liderar a Haití, Garry Conille, en medio de una crisis alimentada por las pandillas, fue destituido por el Consejo Presidencial del país.
Todo, luego de una lucha de poder político que se desarrolló en medio de una ola de secuestros y asesinatos, según consignó The New York Times.
El funcionario de 58 años, un médico que anteriormente dirigía la oficina regional de UNICEF en América Latina, fue contratado durante el verano para desempeñarse como Primer Ministro Interino de Haití.
Se supone que él y el consejo gobernante de Haití prepararían el camino para las elecciones del próximo año, la cual busca elegir un nuevo presidente.
No obstante, el político fue “despedido” de dicha función y el Consejo de Transición de Haití nombró a Alix Didier Fils-Aimé, propietario de una cadena de tintorerías y excandidato al Senado haitiano, como su reemplazo.
Esto, según una orden ejecutiva publicada el domingo por la tarde en el diario oficial del país, Le Moniteur.
Fallidos primeros ministros tras asesinato de último presidente de Haití
Cabe recordar que el último presidente de Haití fue asesinado en julio de 2021 y desde entonces no se han celebrado elecciones.
El anterior primer ministro fue obligado a dejar el cargo a principios de este año por una coalición de bandas que se habían apoderado de Puerto Príncipe -la capital-, y que lanzaron ataques contra diversos objetivos, desde comisarías policiales hasta prisiones y hospitales.
Ariel Henry, anterior primer ministro, dimitió en abril de este año cuando los asesinatos se dispararon y miles de personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares debido a la violencia de las pandillas.
Destituyen a primer ministro interino de Haití
Garry Conille era considerado un favorito de la comunidad internacional, que es un donante financiero clave y tiene un peso considerable en los asuntos haitianos.
Por otro lado, Conille habla inglés con fluidez y era visto como alguien alejado de la política partidista tradicional porque no había vivido en Haití durante más de una década.
Algunos analistas compararon la decisión de derrocarlo con un golpe de Estado con motivaciones políticas y cuestionaron si el Consejo Presidencial tenía la autoridad legal para hacerlo.
Según consigna el medio estadounidense, la destitución es otro revés para el país, porque los vacíos de poder y la falta de estabilidad política se citan a menudo entre las razones clave por las que Haití no ha podido derrotar a las pandillas que han tomado el control de muchos barrios.