El presidente libertario desactiva el ente recaudador, uno de los más rechazados por la ciudadanía. Sin embargo, lo reemplaza por otra agencia con la misma titular. El ahorro por recorte de personal y salarios.
El gobierno de Javier Milei sorprendió esta semana con el anuncio de disolución de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), el fisco argentino, y una reducción “eficiente” de gastos y personal con salarios bastante por encima de lo que percibe el mismísimo presidente y otros ministros de primera línea. En su reemplazo será creada la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), conformada por la Dirección General Impositiva (DGI) y la Aduana.
La novedad se conoció el pasado lunes por la tarde en una conferencia de prensa del vocero presidencial Manuel Adorni, rostro frecuente de este tipo de anuncios de debate social. Justificó la medida para que el nuevo organismo que suceda a la AFIP, creada por el expresidente Carlos Menem en 1996, tenga una estructura “más simple, más eficiente, menos costosa y menos burocrática”.
Haciendo gala de la mala fama que la AFIP tiene entre los ciudadanos por la carga tributaria y las cuestiones burocráticas, el portavoz aseguró que “este organismo funcionó como una caja política” en el pasado y que, a partir de ahora, “esa Argentina de la voracidad fiscal se terminó”.
El ahorro por “cerrar” la AFIP en Argentina: sueldos siderales y enroques llamativos
Según el gobierno libertario, el cambio en la AFIP representará un ahorro presupuestario de 6.400 millones de pesos argentinos al año (unos 5,3 millones de dólares) gracias a la reducción del 45% de los cargos de autoridades superiores, 31% de los niveles inferiores de la actual estructura, y la reubicación y pase a disponibilidad de unos 3.100 empleados que ingresaron durante el último gobierno de Alberto Fernández.
Actualmente, la AFIP tiene 21.410 empleados, de los cuales 21.355 están bajo convenio, 53 fuera de convenio y 2 con contrato temporal. Después del Conicet (ciencia) y la Operadora Ferroviaria S.E., es el tercer ente de la administración pública trasandina con mayor cantidad de personal.
Uno de los cambios rimbombantes de la gestión Milei apunta a la baja de salarios de funcionarios “VIP” en la AFIP. Es que, por ejemplo, la titular Florencia Misrahi, quien fuera designada por el actual gobierno en febrero pasado, cobraba por mes 32 millones de pesos argentinos (unos 27.000 dólares). Para tomar dimensión, en mayo pasado, se informó ante el Senado que Milei, el máximo mandatario del país vecino, apenas ganaba ARS 4 millones mensuales (unos 3.500 dólares), es decir, ocho veces menos.
Según la última actualización de la Base Integrada de Empleo Público, con datos de abril pasado, unos casi 5.000 empleados de AFIP cobraban por encima del sueldo del Presidente. Una de las versiones apunta a una “purga massista” tras “designaciones irregulares” del último año, en referencia al exministro de Economía y excandidato presidencial, Sergio Massa.
A pesar del anuncio “revolucionario” para disolver la AFIP, la dirección de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) estará a cargo de la misma Misrahi, por lo que sólo abandonará el ente recaudador y cambiará formalmente el nombre de su cargo. En tanto, el titular de la Dirección General Impositiva (DGI) será Andrés Gerardo Vázquez, mientras que José Andrés Velis comandará la Dirección General de Aduanas (DGA), los dos entes que completan a ARCA.
“Ahora van a pasar a cobrar sueldos equivalentes o equiparables a los que cobran los ministros o los secretarios de Estado”, aclaró el portavoz oficial Adorni. Hoy, un funcionario de esa categoría recibe por mes 3,6 millones de pesos argentinos (3.000 dólares).
Rechazo de los sindicatos
Como era de esperarse, y tal como pasó en casos como el de Aerolíneas Argentinas (compañía que será privatizada), la supresión del fisco argentino generó rechazo entre los sindicatos que engloban a los trabajadores de las distintas sedes que funcionan en el país.
La Asociación de Empleados Fiscales e Ingresos Públicos (AEFIP) avisó mediante un comunicado de prensa la realización de “apagones informáticos” por tres días consecutivos, entre el miércoles y viernes pasado, de 10 a 12 horas. Un paro que interrumpió los servicios de emisión de documentos aduaneros, fiscalización y gestión de permisos de exportación e importación, además de afectar la logística general. Por ejemplo, se llegó a amenazar con volver a hacer los trámites aduaneros en el paso Cristo Redentor con papel y lápiz.