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El presidente argentino Javier Milei, a pesar de su conservadurismo social, ha tenido una relación tumultuosa con el papa Francisco. Desde llamar al Papa "representante del maligno en la Tierra" hasta pedirle perdón y abrazarlo en el Vaticano, la historia ha tenido altibajos. A pesar de acercamientos recientes, como una visita protocolar en febrero pasado, el Papa sigue postergando su regreso a Argentina y ha criticado la gestión de Milei en asociación con el dirigente peronista Juan Grabois. Recientemente, en un discurso en Roma, Francisco criticó el gobierno de Milei por el incidente del gas pimienta durante una protesta, generando tensiones adicionales. La compleja relación entre Milei y Francisco sigue en el centro de atención, con Chile y Argentina mostrando un descenso en la aprobación del Papa según un estudio del Pew Research Center.

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El presidente libertario expresó varias veces su rechazo al líder católico (y compatriota), pero luego lo terminó abrazando. El Sumo Pontífice posterga su visita a Argentina, se muestra con peronistas y critica al gobierno.

Pese al conservadurismo que caracteriza a su política social, el presidente argentino Javier Milei no logra sintonizar con el papa Francisco.

Alguna vez, en su época de panelista de televisión, lo tildó como “el representante del maligno en la Tierra” cuando era impensado que algún día llegaría a la Casa Rosada. Después, el libertario se metió de lleno en el judaísmo. Sin embargo, cuando asumió el máximo cargo, le pidió perdón al argentino más famoso después de Messi y lo abrazó en el Vaticano.

En tanto, el líder católico sigue postergando la visita a su país (nunca volvió desde 2013) y hasta aprovecha a criticar la gestión cada vez que puede, con el dirigente peronista Juan Grabois cerca suyo. Una parábola del hijo pródigo con desenlace aún incierto y que repasamos a continuación.

El día que Milei dijo que Francisco era “el representante del maligno en la Tierra”

Las idas y vueltas entre Javier Milei y Jorge Mario Bergoglio se remontan al año 2020, cuando el economista se paseaba por los canales de televisión llamando la atención por su estilo directo y look desfachatado. Fue en una entrevista con el Canal 9 argentino, junto a la polémica conductora Viviana Canosa, cuando el libertario se definió “provida” (en contra del aborto legal), pero lejos de dejarle flores al Papa por compartir la misma postura, se descargó potente contra la llamada “justicia social”, bandera histórica del peronismo. Al jefe del Vaticano lo trató de “imbécil”, “impulsor del comunismo” y “representante del maligno en la Tierra”.

Cuando en septiembre de 2023 ya era candidato a presidente, Milei no bajó el nivel de agravios dirigidos al exarzobispo de Buenos Aires. En una nota con el periodista estadounidense Tucker Carlson, el libertario cuestionó al Papa por tener “afinidad por los comunistas asesinos, de hecho, no los condena”, en referencia a Fidel Castro (Cuba) y Nicolás Maduro (Venezuela). “Avalar la justicia social es avalar el robo, por lo tanto es un problema de que está violando los 10 Mandamientos”, disparó entonces.

La historia cambió al poco tiempo. Milei fue el más votado en el balotaje de noviembre último y optó por establecer un diálogo cordial con quien lidera el rebaño con mayor cantidad de fieles en Argentina. Apenas arribó al poder, el mandatario trasandino le mandó una carta a Francisco y lo invitó a visitar el país, algo que el cura nunca hizo desde que se fue al Vaticano en 2013 para no volver más. El Papa estuvo de gira en Chile allá por 2018, pero ignoró a su país de origen: no quiso tampoco cruzarse con el entonces presidente Mauricio Macri.

Tras el pedido de disculpas por sus insultos, el acercamiento del presidente Milei y Francisco finalmente se concretó en febrero pasado. Hubo misa por la canonización de Mamá Antula (la primera santa argentina), un intercambio de regalos y una audiencia protocolar en la Santa Sede con gran comitiva oficial. De la charla se desprendió una frase ya repetida del Papa: “Recen por mí, yo lo hago por ustedes”.

El abrazo, las sonrisas mutuas y hasta los chistes por el emprolijado pelo de Milei prometían un giro en la relación entre la Casa Rosada y el Vaticano. De hecho, llegó a trascender varias veces que Francisco planeaba viajar pronto para concretar el encuentro con su abandonado pueblo. Nunca pasó. Se habló de cuestiones de salud del Sumo Pontífice, quien sí emprendió este año la gira más extensa de su papado allá por Asia y Oceanía. En 2025, la posibilidad de viajar parece lejana: en Argentina habrá elecciones legislativas, y a Bergoglio no le interesa meterse en la pelea de políticos hambrientos por una foto.

La crítica del papa Francisco contra Milei por el gas pimienta

La fe es lo último que se pierde. Hace algunas semanas, el papa Francisco celebró en Roma los diez años del primer encuentro de los Movimientos Populares. Invitó a dos referentes argentinos, el líder piquetero y su amigo personal Juan Grabois (ex precandidato a presidente del peronismo en 2023) y el secretario general del Movimiento Evita, Alejandro “Peluca” Gramajo. Su discurso pareció ser la revancha de Bergoglio contra Milei: se despachó contra su estilo y cuestionó el protocolo antipiquetes de su gobierno, que el 12 de septiembre terminó con una niña de 10 años rociada con gas pimienta durante una marcha a favor de los jubilados en Buenos Aires.

Ante los referentes sociales, Francisco denunció “el silencio de la indiferencia” que “habilita el rugido del odio” y advirtió que “el silencio frente a la injusticia abre paso a la división social, la división social a la violencia verbal, la violencia verbal a la violencia física y la violencia física a la guerra de todos contra todos”.

“Me hicieron ver una represión, hace una semana o un poco menos. Obreros, gente que pedía por sus derechos en la calle. Y la Policía la rechazaba con una cosa que es lo más caro que hay, ese gas pimienta de primera calidad. No tenían derecho a reclamar lo suyo, porque eran revoltosos, comunistas, no, no”, dijo Bergoglio sin nombrar a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, encargada del operativo.

“El Gobierno se puso firme y en vez de pagar la justicia social, pagó el gas pimienta, le convenía. Ténganlo en cuenta eso”, deslizó el Sumo Pontífice, mientras los “enemigos” de Milei (Grabois y Gramajo) lo escuchaban y asentían con la cabeza a pocos metros.

Desde Buenos Aires, la reacción de la administración libertaria fue moderada. Por ejemplo, el vocero presidencial Manuel Adorni se limitó a decir en una conferencia de prensa: “No tenemos por qué compartir la visión que (el Papa) tiene sobre algunas cuestiones. El respeto es total y absoluto por lo que pueda decir a cualquier cosa, a nosotros”. Quien sí esbozó una crítica a Francisco fue el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, al manifestar en televisión: “Me da la sensación que se expresa por la fracción de un peronismo”

La compleja relación de Milei y Francisco volverá a la agenda este mismo lunes, cuando la vicepresidenta Victoria Villarruel, con quien se encuentra distanciada, mantenga una audiencia oficial con el líder del Vaticano en Roma. Hace unos días, quien sí fue bendecida por Bergoglio fue una delegación de la Confederación General del Trabajo (CGT), la central obrera de Argentina enfrentada a Milei. Estuvo por el Vaticano a puro saludo con sonrisa y un diálogo acerca de “la dignificación del trabajo”.

Hasta la fecha, Francisco siempre se cuidó lo más posible de no expresar nada que pudiera utilizarse políticamente, pero en los hechos muestra otra cosa. En enero, antes que al nuevo presidente, recibió en la Santa Sede a Alberto Fernández y a su hijo Francisco. Todavía no había estallado el escándalo de violencia de género. Aunque estaba prevista su presencia, Fabiola Yáñez se ausentó por una operación derivada de un cuadro de apendicitis.

Chile y Argentina, los países que más rechazan al papa Francisco

Si bien América Latina no deja de ser la región del mundo con la mayor proporción de católicos, la imagen del papa Francisco viene en caída, especialmente en Chile. Incluso, con cifras peores que en Argentina, a pesar de que la baja ha sido más pronunciada en el país vecino.

Según un estudio del centro de investigaciones Pew Research Center, con sede en Washington (EEUU), Chile lidera el rechazo a Bergoglio en Latinoamérica: apenas la mitad de los adultos tiene una opinión favorable. El 36% directamente se expresó de manera desfavorable.

Argentina, país natal del Papa, pasó de un 91% de aprobación hace una década a 64% en la actualidad, mientras que el rechazo trepa hoy al 30% entre los adultos.

A contramano, en Brasil y México es donde mejor mide el líder católico, ya que el 68% de los encuestados manifestó una postura favorable, según el informe.