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El chileno Luis Arturo Aravena Ramos, de 45 años, fue brutalmente asesinado con 50 puñaladas por su vecino Ezequiel Orbes, de 23 años, en Mar del Plata, Argentina. El crimen se habría desencadenado por el robo de un cilindro de gas y un televisor, los objetos más valiosos de la víctima. A pesar de conocerse, Orbes perpetró el ataque mortal en la casa humilde de Aravena Ramos donde residía. Tras el homicidio, el agresor regresó a su vivienda con los objetos robados y se fue a dormir. La fiscal imputó a Orbes por homicidio criminis causa, con la posibilidad de enfrentar una condena a prisión perpetua. La comunidad, consternada, busca justicia por la vida arrebatada de Aravena Ramos, quien era apreciado en el barrio.

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Luis Arturo Aravena Ramos (45) residía en Mar del Plata. Su amigo Ezequiel Orbes (23), a quien le regalaba choripán para que no pasara hambre, traicionó su confianza y lo mató a sangre fría.

Un hombre chileno de 45 años fue asesinado con 50 puñaladas por su vecino en la ciudad argentina de Mar del Plata, en la provincia de Buenos Aires.

Según la investigación, el móvil del crimen apunta al robo de un cilindro de gas y un televisor. La víctima, Luis Arturo Aravena Ramos (45), opuso resistencia y encontró un feroz desenlace por parte de quien era una de las pocas personas cercanas en su vida como inmigrante.

El crimen ocurrió en una casa ubicada en la esquina de la calle 449 y avenida Centeno, en el barrio Santa Rosa del Mar, donde el chileno Aravena Ramos residía hace unos seis años en un contexto humilde. Apenas su hábitat consistía en una mesa, unas sillas y unos colchones en el piso para dormir.

Un balón de gas -garrafa en Argentina- y un televisor eran sus objetos más valiosos, justo los que le interesaron al joven hijo de una vecina, identificado como Ezequiel Orbes (23).

A pesar de las dos décadas de diferencia entre ambos, Aravena Ramos y Orbes se conocían muy bien. De hecho, Luis Suárez, un vecino del barrio que descubrió la dantesca escena, reveló que el chileno vendía choripán y le daba uno cada tanto a su victimario, quien le pagó, esta vez, matándolo.

Casa de la víctima
Casa de la víctima | Street View

Mató a puñaladas a su vecino chileno, le robó y se fue a dormir

Fue en la mañana del miércoles 4 de septiembre cuando al testigo le llamó la atención que el perro de Aravena Ramos estaba afuera y, al abrir la puerta del inmueble, halló a su amigo sin vida. Ya no iba a compartir el visionado del partido de Eliminatorias que las selecciones de Argentina y Chile iban a disputar horas después.

“No te olvides Luis”, le llegó a expresar en la última charla.

Eran las 10 cuando el cuerpo del chileno de 45 años aún yacía junto a los colchones del piso en medio de un gran charco de sangre, ya sin vida, pero el homicidio había ocurrido horas antes.

De acuerdo a la reconstrucción, Orbes, el único de la cuadra que estaba desaparecido al momento del hallazgo, se había metido el martes en la casa de la víctima para robarle el cilindro de gas y el TV, los únicos elementos que luego fueron detectados como faltantes.

Aravena Ramos intentó defenderse del ataque sorpresivo de su amigo, hubo una pelea y entregó su vida por 50 puñaladas, muchas de escasa profundidad, pero dos letales en el cuello.

Orbes tenía mala fama en la zona, pero nunca había alcanzado tal extremo de salvajismo. “Es un tipo al que lo corrieron de algunos barrios porque se la pasaba robando. En el barrio estaban cansados de sus robos”, indicaron testigos del caso en diálogo con el diario local La Capital.

Para dar con el prófugo, la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Mar del Plata, a través de los policías especializados del Gabinete de Homicidios, hizo un rastrillaje en el barrio con dos datos claves: la campera anaranjada de Orbes y la ubicación del comedor “Semillita”, donde el sospechoso solía verse con los suyos. Y allí estaba, calzando unas zapatillas con suela blanca cuya silueta quedó marcada en la casa del chileno ultimado a cuchilladas.

Acusado arriesga cadena perpetua

Tras la detención y el alojamiento en la Unidad Penal N°44 de Batán, la fiscal Florencia Salas imputó a Ezequiel Orbes por el delito de homicidio criminis causa, es decir, que el joven mató a su amigo chileno para asegurarse el robo del cilindro de gas y el televisor y procurar su -fallida- impunidad.

También, la representante del Ministerio Público contó sobre la frialdad de Orbes trasladada a su gesto posterior al crimen: regresó tranquilo a su vivienda con los objetos sustraídos y se acostó a dormir.

Detención de Ezequiel Orbe
Cedida
De ser hallado culpable, el acusado recibirá una condena a prisión perpetua, tal como establece el Código Penal trasandino.

Por su parte, Richard Torres, primo de Aravena Ramos, no descartó que su pedido de justicia sea llevado al Consulado de Chile, según confió al ser consultado por el diario marplatense 0223.

“Yo soy chileno y hace seis años más o menos que nosotros lo trajimos para acá, para que hiciera una vida diferente. Para que estuviera bien. Chocamos nuevamente con otro caso de lo que está pasando acá en Mar del Plata. No hay valor a la vida. No puedo meterme en la cabeza cómo un tipo por un televisor y una garrafa puede matar a una persona así tan brutalmente como la asesinó. No le podemos encontrar lógica alguna. Lo único que queremos es justicia, que el tipo se hunda en la cárcel”, manifestó indignado.

Pedido de justicia de familiares
Familiares de la víctima