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El expresidente de Perú, Alberto Fujimori, falleció a los 86 años en Lima tras enfrentar graves problemas de salud, incluyendo tumores en los pulmones y en la lengua. Fujimori, quien gobernó Perú entre 1990 y 2000, había sido hospitalizado en varias ocasiones en el último año debido a su delicado estado de salud. Además, se recuerda su intento fallido de eludir a la justicia al exiliarse en Chile en 2005, donde fue detenido y posteriormente extraditado a Perú, donde recibió una condena de 25 años por violaciones a los derechos humanos.

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Este miércoles se confirmó el fallecimiento de Alberto Fujimori, expresidente de Perú entre 1990 y 2000, quien había enfrentado diversas complicaciones de salud en el último tiempo. A sus 86 años, el ingeniero agrónomo se encontraba “muy delicado”, viviendo en la casa de su hija Keiko en Lima tras recuperar su libertad en diciembre pasado.

En 2018 el exmandatario reveló que le habían detectado un tumor en los pulmones tras lo cual se sumó la noticia de que los médicos le encontraron otro tumor maligno en la lengua, donde sufría una lesión cancerígena desde hace más de 27 años.

El político había sido hospitalizado en varias ocasiones durante el año pasado debido a su estado de salud, incluyendo una internación en abril para una biopsia relacionada con el tumor en su lengua.

El día en que quiso eludir a la justicia engañando a Chile

Dentro del listado de controvertidos episodios protagonizados por Fujimori destaca una maniobra que lo involucró con Chile pero que no resultó como esperaba.

Ocurrió en noviembre de 2005, cuando de forma sorpresiva el expresidente se exilió en nuestro país en un hecho que sorprendió al Gobierno del entonces presidente Ricardo Lagos y que generó un dolor de cabeza diplomático.

Tal como detalla EFE, Fujimori aterrizó sin previo aviso a bordo de un vuelo privado, a las 14:30 horas del domingo 6 de ese mes, en el aeropuerto de Santiago.

La aeronave arribó proveniente de Tokio, Japón, previa escala en México. Junto a él viajaban tres personas: su asistente personal, Nagato Kusataka; Arturo Makino Miura, amigo de los hijos de Fujimori, y el peruano-norteamericano Jorge Béjar, periodista y amigo de juventud del exgobernante.

El avión fue trasladado a la zona ejecutiva del terminal aéreo, reservada para autoridades connotadas y famosos, aunque sin que se supiera aún de la identidad de los cuatro ocupantes.

Fue así como se procedió a timbrar los pasaportes de los pasajeros en un procedimiento que no tardó más de media hora. Una vez terminado con estos trámites, Fujimori fue llevado en un lujoso automóvil al hotel Marriott, en donde sus asesores habían reservado varias habitaciones.

El viaje no había sido hecho al azar: el expresidente conocía el sistema judicial de Chile y sus garantías, razón por la cual previamente contrató abogados chilenos para que así dilataran su caso.

En un comunicado dado a conocer por el propio Fujimori a su llegada a Santiago, aseguró que se había trasladado a nuestro país como parte de su retorno a Perú para presentarse a las elecciones presidenciales de 2006.

Alberto Fujimori saluda al salir del hospital Centenario, en Lima, el 4 de enero de 2018
Alberto Fujimori saluda al salir del hospital Centenario, en Lima, en enero de 2018 | RFI

“Es grato dirigirme a la opinión pública nacional e internacional para hacer de su conocimiento que el día 6 de noviembre de 2005 partí de Tokio, Japón, por vía aérea, con destino a la ciudad de Santiago de Chile”, señalaba en el escrito.

“Es mi propósito permanecer temporalmente en Chile, como parte del proceso de retorno al Perú y cumplir con el compromiso adquirido con un importante sector del pueblo peruano que me ha convocado para que participe como candidato a la Presidencia de la República en los próximos comicios del 2006″, agregaba.

Sin embargo, la “jugada” no le resultó exactamente como esperaba. Las autoridades chilenas se hicieron eco de la orden de detención que pesaba sobre él en medio de un viaje que generó incluso la molestia del entonces embajador peruano en Chile, José Antonio Meier.

La citada agencia recuerda que ese mismo día el diplomático llamó a quien era Canciller de Chile, Ignacio Walker, quien informó de lo que sucedía al presidente Lagos.

Fujimori es detenido

Medios internacionales como El Mundo informaron en aquella oportunidad que fue el ministro de la Corte Suprema de Chile, Orlando Álvarez, quien ordenó el arresto. A la 1:30 de la madrugada efectivos de la Interpol llegaron hasta la misma habitación en el hotel para detener a Fujimori, quien pasó su primera noche en Chile en una suerte de calabozo.

La inesperada llegada de Fujimori a Chile también generó un terremoto político en el país vecino. De hecho, el entonces presidente Alejandro Toledo convocó con urgencia al gabinete de ministros peruanos. Poco después hizo llegar a Santiago un informe con los delitos por los que el exmandatario estaba siendo procesado en Perú.

Específicamente, era requerido por la justicia peruana por delitos como asociación ilícita para delinquir, falsedad, homicidio calificado, lesiones graves y desaparición forzada de personas, entre otros.

Así se abrió un largo camino, que se extendió por dos años, para su extradición a Perú, tal como habían solicitado las autoridades peruanas.

Si bien en un comienzo era vigilado en un pequeño cuarto, se sabe que pronto el político pudo tener una vida relativamente “normal”, siendo visto incluso pescando en algunas oportunidades.

Su estancia en Chile terminó el 17 de septiembre de 2007, cuando finalmente se hizo efectiva su extradición a Perú, en donde recibió una condena de 25 años de cárcel por violaciones a los derechos humanos cometidos bajo su gobierno.

Cabe señalar que en diciembre pasado el Tribunal Constitucional de Perú ordenó su liberación, en desafío a las órdenes de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH), una última muestra de la influencia sobre el poder que tuvo hasta su último minuto.