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El fiscal argentino imputó al expresidente Alberto Fernández por lesiones graves y amenazas coactivas contra la ex primera dama Fabiola Yáñez, tras denuncia por violencia machista. La acusación incluye pruebas obtenidas de fotos y conversaciones halladas en el teléfono de la secretaria de Fernández en una investigación por corrupción. Se le imputan delitos de lesiones graves agravadas por vínculo y contexto de violencia de género, así como amenazas coactivas en perjuicio de su expareja.

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Un fiscal de Argentina imputó este miércoles al expresidente Alberto Fernández por el presunto delito de lesiones graves y amenazas coactivas a la exprimera dama Fabiola Yáñez, informaron medios locales.

La imputación fue hecha por el fiscal federal Ramiro González, a cargo de la investigación abierta por la denuncia contra Fernández impulsada por Yáñez por supuesta violencia de género.

Con esta acusación, el procurador solicitó recabar las primeras pruebas en el marco de la denuncia presentada a partir de fotografías y conversaciones halladas por la justicia en el teléfono de la secretaria de Fernández, como parte de una investigación por presunta corrupción en la contratación pública.

Al exmandatario se le imputan los delitos de lesiones graves doblemente agravadas por el vínculo y por darse en un contexto de violencia de género y de amenazas coactivas en perjuicio de su expareja.

Yáñez ratificó este martes, en su declaración desde Madrid por videoconferencia ante la Justicia argentina, su denuncia de los malos tratos infligidos presuntamente por el expresidente Fernández.

Según consigna la prensa local con fuentes judiciales o cercanas al caso, Yáñez ratificó ante el fiscal de la causa, Ramiro González, su acusación de que Fernández la golpeó varias veces, que llegó incluso a agarrarla por el cuello y le ocasionó lesiones graves.

También confesó que empezó a consumir alcohol después de que Fernández, según había aseverado en su escrito de este lunes, la obligó a abortar en 2016, poco después de que la pareja comenzara a convivir en un apartamento del barrio capitalino de Puerto Madero, tras lo cual comenzaron los maltratos y el hostigamiento.

Según el relato de Yáñez del que se hacen eco los medios locales, Fernández también “tomaba (bebía) y se juntaba con sus amigos ‘hippies’ que fumaban marihuana”.