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El expresidente argentino Alberto Fernández, conocido por su supuesto apoyo al feminismo y la diversidad, se encuentra en medio de un escándalo por una denuncia de violencia de género presentada por su expareja y madre de su hijo, Fabiola Yáñez. La acusación ha desatado una gran controversia en Argentina, sumándose a problemas previos como su imputación por fraude al Estado. Fernández, quien había sido visto como aliado del movimiento feminista, ahora enfrenta serias acusaciones que lo podrían llevar a una condena por violencia de género. La expareja de Fernández ha presentado pruebas de maltrato físico, incluyendo fotos y un video que han salido a la luz. En medio de este escándalo, el expresidente ha negado las acusaciones, pero la situación continúa siendo objeto de gran atención y repudio en la sociedad argentina.

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El expresidente de Argentina fue denunciado por la exprimera dama Fabiola Yáñez debido a reiterados golpes y hostigamiento. Hundido y repudiado por la sociedad, entierra también las esperanzas del peronismo para retornar al poder.

Inauguró el Ministerio de la Mujer, se puso una corbata verde como el pañuelo del aborto legal y dijo con lenguaje inclusivo que estaba “muy feliz de ponerle fin al patriarcado”. El expresidente argentino Alberto Fernández (2019-2023) pasó de ser un “aliado” político de las demandas del feminismo y del colectivo LGBTQI+ a enfrentar en la Justicia una acusación de golpear a su expareja y madre de su hijo, Fabiola Yáñez.

Mientras tanto, un peronismo carente de liderazgo y agenda lo desprecia aún más, pasándole factura por su pésima gestión económica, su imputación paralela por fraude al Estado y aquella derrota electoral de Sergio Massa ante Javier Milei que hace difícil asomar un retorno del partido al poder.

Yáñez (43) y Fernández (65) se conocieron en 2013 gracias a una tesis de periodismo para la universidad. Ella, oriunda de la provincia patagónica de Río Negro, le pidió una entrevista al exjefe de Gabinete de Néstor y Cristina Kirchner para completar su trabajo final. Hubo tal conexión que el romance se oficializó pocos meses después, en 2014, sin importar sus 22 años de diferencia de edad. Nunca se casaron, pero sí compartieron anillo de compromiso.

Fernández se había alejado de su imagen como hombre de confianza del matrimonio Kirchner y había llegado a criticar duramente a quien fuera su posterior vicepresidenta. Mientras tanto, la carrera de Fabiola penduló entre el periodismo televisivo y la actuación teatral hasta el triunfo de Fernández en las elecciones de 2019, obligándose a bajar el perfil mediático y atarse al protocolo de primera dama en la quinta presidencial de la localidad bonaerense de Olivos.

En abril de 2022, Yáñez dio a luz a su primer hijo, Francisco, y el segundo de Fernández (tiene otro mayor de una relación anterior). Ya había entonces rumores de un complicado vínculo y de las visitas femeninas que recibía el entonces presidente en la residencia. Se minimizó. Pero la separación no pudo ocultarse una vez que el derrotado Fernández armó las valijas para irse a España en diciembre de 2023 y ella lo siguió. Él volvió a Argentina, ella no. Por ahora.

Imágenes de Fabiola Yañez golpeada
Imágenes de Fabiola Yañez golpeada | Prensa argentina

Violencia de género y pedidos de ayuda entre chats por corrupción

El presunto maltrato físico y psicológico de Alberto Fernández hacia la exprimera dama salió a la luz el pasado domingo a partir de la investigación del periodista Claudio Savoia en diario Clarín y provocó una avalancha política, mediática y judicial en el vecino país. No tanto por la imagen del exmandatario -dejó el poder hace ocho meses con el peor índice de popularidad que se recuerde-, sino por el origen de las pruebas: una acusación más de corrupción en el vapuleado peronismo.

A raíz de denuncias por una “caja negra” en la Anses (organismo a cargo de las jubilaciones y los planes sociales), la Justicia Federal imputó a Fernández en marzo pasado por un multimillonario fraude al Estado con la contratación de intermediarios “amigos” en las pólizas de seguros entre organismos públicos. Básicamente, al expresidente lo acusan de violación a los deberes de funcionario público y abuso de autoridad y malversación de caudales públicos.

Durante su gestión, a la que trepó como el candidato ungido por Cristina Fernández de Kirchner, Alberto Fernández había dictado el decreto 823/2021 para obligar a todos los organismos del Estado a contratar servicios de seguros exclusivamente a través de Nación Seguros S.A., una subsidiaria del Banco Nación (estatal). En consecuencia, se evitaba el proceso de licitación pública para optar por otros servicios.

La hipótesis de la fiscalía apunta a beneficiarios amigos del poder en la transacción para los seguros de Anses con comisiones por encima del valor del mercado con ganancias de 2.782.170.946 pesos argentinos (unos 2 millones de dólares). “Se detectó que, en la relación entre cliente y operador del servicio (por regla, estatales ambos), apareció la repetida participación de personas y empresas de la actividad privada, operando como ‘intermediarias’ y ‘organizadoras’. Las averiguaciones efectuadas llevaron a inferir que aquellas cobraron comisiones de altos porcentajes, que excederían a los comúnmente percibidos en el mercado. Las sumas en cuestión son millonarias”, se lee en el fallo judicial del 6 de junio.

En esta causa hay chats privados de WhatsApp entre la histórica secretaria de Fernández, María Cantero, y su marido, el broker de seguros Héctor Martínez Sosa, a quien señalan como el principal beneficiado de la maniobra ilegal. Pero no sólo las charlas son por cuestiones relacionadas a este presunto fraude al Estado, sino que también dejaron evidencias de lo que padecía Fabiola Yáñez, la exprimera dama de Argentina, puertas adentro de la Quinta de Olivos donde vivió cuatro años junto al presidente. Ese mismo lugar donde organizó en julio de 2020 la infame fiesta de cumpleaños que estaba prohibida a la población por el decreto de cuarentena por Covid-19 que el mismo exjefe de Estado firmó y le terminó costando el desprecio popular.

Las conversaciones de Cantero con Yáñez dan cuenta de supuestos hechos de violencia de género ejercidos en reiteradas ocasiones por parte de Fernández. Según lo divulgado por Clarín en base al expediente, la exprimera dama le habría contado a la secretaria privada sobre los maltratos que habría perpetrado su pareja, incluso con la prueba plasmada en cuatro fotos. Una de ellas con un ojo y parte del maxilar superior de Fabiola muy hinchado, y otra con visibles moretones en el costado de su cuerpo. A su vez, la Justicia también habría accedido a un video, en el que se vería a “una persona identificable como Fernández en una supuesta actitud violenta hacia su pareja”. Los ataques habrían sucedido, además, durante el embarazo, con Yáñez siendo aparentemente hostigada por Fernández con una amenaza de suicidio en caso de que hablara.

Como la violencia de género es un delito de índole privada y debe preservarse la intimidad de la víctima, el juez federal Julián Ercolini abrió un legajo reservado (o anexo) en el expediente de los seguros. Entonces, el juzgado compartió tan delicado material con la Oficina de Violencia de Género de la Corte Suprema de Justicia para citar a la persona agredida.

Yáñez, residente en España junto a su niño de 2 años, se conectó en julio a través de Zoom para una reunión virtual con su ahora exabogado Juan Pablo Fioribello -finalmente será representada por Mariana Gallego- y el juez Ercolini en Buenos Aires. Ante la consulta del magistrado sobre si quería hacer la denuncia correspondiente, la mujer respondió que no tenía intención de viajar a Argentina para realizarla ni afrontar semejante proceso. El magistrado le confió la asistencia hasta que ella se sintiera preparada para decirlo.

“Terrorismo psicológico”

Recién la situación dio un giro el martes 6 de agosto cuando la expareja de Fernández, “por voluntad propia”, se contactó con el juzgado de Ercolini y le “pidió que desarchive el anexo reservado”. El magistrado recogió la denuncia oficial y dispuso medidas de restricción y protección para la víctima, prohibiéndole a Fernández la salida de Argentina y evitando el contacto por toda vía.

“No doy más. Quiero declarar, quiero denunciar. Me está hostigando todos los días”, le dijo Yáñez al juez, dando cuenta del “terrorismo psicológico” y “acoso telefónico” del expresidente en los últimos días al enterarse de la filtración a la prensa de los episodios de violencia y la existencia de las fotos del celular de su secretaria.

En medio del huracán político, los pases de factura del peronismo y el repudio generalizado, Fernández emitió un comunicado para negar las acusaciones de maltrato físico: “Enterado por los medios de comunicación de la denuncia de Fabiola Yáñez en mi contra, quiero expresar que la verdad de los hechos es otra. Solo voy a decir que es falso y que jamás ocurrió lo que ahora me imputa”.

Cerró a secas: “Por la integridad de mis hijos, de mi persona, y también de la propia Fabiola, no voy a hacer declaraciones mediáticas, sino que aportaré ante la justicia las pruebas y testimonios que dejarán en evidencia lo que realmente ocurrió”.

La prensa argentina difundió parte del material incluido en la causa. Se trata de dos de las fotos de Fabiola donde se la ve con hematomas en el ojo derecho y en la axila: “Viene golpeándome hace tres días seguido”, decía la víctima en los chats de WhatsApp con su expareja.

Chat entre Fabiola Yañez y Alberto Fernández
Chat entre Fabiola Yañez y Alberto Fernández | prensa argentina

Haciendo gala de los rumores sobre los comportamientos de Fernández, apareció otro video suyo tomando cerveza con la periodista Tamara Pettinato en el despacho presidencial de Casa Rosada, entre declaraciones de amor y jugueteo a cámara. Trascendió que esta grabación estaba en un celular que el expresidente le regaló a su hijo y que habría mucho más similar por mostrar.

De ser hallado culpable por violencia de género, Alberto Fernández podría ser condenado a no menos de tres años, aunque sin cumplir la condena tras las rejas (en suspenso), según lo indicado por el artículo 149° bis del Código Penal argentino.

Por estos días, y a la espera de ser citado por la Justicia, se encuentra recluido en un departamento de Puerto Madero, en Buenos Aires. Le mandó apenas un mensaje de WhatsApp al dirigente social K Luis D’Elía: “Por lo menos escuchame antes de que me pegue el tiro”.

Alberto Fernández: el aliado feminista acusado de golpear a su mujer

Sacando pecho por su supuesta progresía, una de las banderas de su gestión fue el movimiento feminista. De hecho, apenas asumió en diciembre de 2019, Alberto Fernández celebró la creación del Ministerio de las Mujeres, a cargo primero de Elizabeth Gómez Alcorta y luego de Ayelén Mazzina, que se desentendieron recientemente de la denuncia de Fabiola Yáñez.

El presidente defendió a ultranza el también extinto Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), que tuvo como titular a Victoria Donda, a quien su empleada doméstica denunció por pagos informales (“en negro”). El Inadi ganó más fama por la recomendación de cantar himnos de cancha “deconstruidos” para el Mundial de Fútbol de Qatar 2022 o la cancelación del animé Dragon Ball Super por contenido machista, que por sus acciones reales para frenar la violencia.

Una de las frases célebres de Fernández quedó inmortalizada en el Día de la Mujer del 2022 ante una multitud femenina: “Me da vergüenza que en la Argentina una mujer padezca violencia de género”, dijo el jefe de Estado. O un poco atrás, en 2021, cuando celebró la promulgación de la interrupción voluntaria del embarazo (aborto legal) asegurando él mismo: “Estoy muy feliz de estar poniéndole fin al patriarcado, es una gran injusticia que se ha vivido durante siglos”.

Los tiempos eran otros, y Fernández hasta se jactaba de portar una corbata verde en referencia al pañuelo de la lucha por el aborto legal o de usar la “e” del lenguaje inclusivo para conjugar sustantivos en cada acto público. Si no era poco, el expresidente se puso al frente del lanzamiento del documento de identidad no binario (X) para quienes no se autoperciben varones o mujeres y llamó a convocar a las marchas “Ni una menos” en contra de la violencia de género.

Eso sí, cuando llegó el turno de hablar de la fiesta clandestina en la residencia presidencial, rápidamente Fernández responsabilizó a su mujer y se desligó de toda responsabilidad: “Mi querida Fabiola convocó a un brindis con amigos que no debió haberse hecho”. Y no es que sus simpatizantes se enteraran tarde. Antes de ser el más votado por la ciudadanía para la presidencia, se había conocido un video de Fernández en 2018 golpeando a un jubilado en un restaurante y varios posteos de X (Twitter) donde mandaba a mujeres “a cocinar” porque “pensar no es su fuerte” o les decía “nena”, “tontita” y “pelotuda”.

Tweets sexistas de Alberto Fernández en X
Tweets sexistas de Alberto Fernández en X

En una ocasión, el exfuncionario Aníbal Fernández, quizá una de las figuras más picantes del peronismo, opinó acerca del escándalo en Olivos que tanto le costó la imagen a Fernández. Dijo sin prurito, hace exactamente tres años antes de conocerse la denuncia de Fabiola: “¿Qué va a hacer el marido? Como en la edad media, 1.200 años atrás, ¿llegar y cagarla a palos porque cometió un error de esas características?”.