El gobierno de Javier Milei avanza en una nueva medida para implementar de manera electrónica el pago de propina en restaurantes, bares y cafeterías, un cambio social que sigue el “espíritu” de la normativa vigente hace diez años en Chile y que asegura la recaudación extra para los mozos (garzones en Argentina), tan crucial para su ganancia.
Aunque en un primer momento se confundió con la imposición obligatoria del 10% sobre el valor de la compra, el ministro de Transformación y Desregulación del Estado, Federico Sturzenegger, aclaró en la red social X que la propina seguirá siendo “voluntaria”. Ahora aparecerá sugerida en el ticket.
“En unos días vamos a dar a conocer un proyecto que permitirá el pago de propinas utilizando medios electrónicos: una práctica común en el mundo pero que los argentinos no podían elegir”, dijo el funcionario.
“La propina seguirá siendo voluntaria, de ninguna manera será obligatoria. En definitiva, el único cambio es que podrá sumarse al ticket. Tampoco será parte del salario, por lo que no generará ninguna contingencia laboral a los empresarios del sector”, agregó el funcionario para dar tranquilidad a los dueños.
La intención es evitar el manejo de los billetes, cada vez más en desuso, y que el extra pueda abonarse con tarjeta de débito, crédito o con billeteras electrónicas acorde a los tiempos que corren y los hábitos de consumo.
Hoy, los empleadores eligen que ese dinero llegue “en negro” a los mozos, mientras que la Ley de Contrato de Trabajo de Argentina establece en el artículo 113° que la propina o recompensa debe ser considerada parte del salario si es habitual. Es decir que con el cambio, en caso de una indemnización, ese plus de los trabajadores ya no tendría impacto en su liquidación.
Otro punto a regular es que el pago extra al mozo no quede alcanzado por el impuesto al uso de la tarjeta de débito y crédito. Resta ahora que el Poder Ejecutivo mande el proyecto al Congreso para su debate o emita el decreto directamente.
El secretario general de la Unión de Trabajadores Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (Uthgra), Luis Barrionuevo, había reclamado la obligatoriedad de la propina en restaurantes, bares y hoteles, tal como pasa en otros países del mundo y con el objetivo de incrementar los salarios de los trabajadores del sector.
La intención, además, como parte de una recomposición de los salarios del personal ante la inflación: un extra del 14, 16 o 18% del total de la cuenta. La propuesta del gremialista ya fue rechazada de lleno por el gobierno de Milei.
A diferencia de Chile, Argentina no tiene tan instalada la cultura de la propina, lo que se chequea fácilmente cuando los trasandinos llegan a algún restaurante en vacaciones. Incluso, su sorpresa del pedido de recompensa en lugares como hoteles o estaciones de servicio.
“Al argentino siempre le parece exagerado dejar más del 10% y amarrete dejar menos”, señaló a Clarín Dante Camaño, secretario general de la seccional Capital de Uthgra.
Al contrario, cualquiera que haya ido a Estados Unidos sabe que está mal visto no dejar el porcentaje de la propina, que suele superar el 10% del valor total y es parte clave del ingreso del empleado gastronómico.
Días atrás, BioBio Chile ahondó en un eterno debate para los chilenos: si la sugerencia se transformó en “obligación” ante la presión social. Entonces, se analizaron tres escenarios posibles: cuando el cliente le deja al mozo lo que cree conveniente, cuando entrega el famoso 10% sobre el valor de la compra o cuando estima una cantidad de dinero dependiendo de qué tan eficiente haya sido la atención. Si fue mala, pues $0.
La Ley N° 20.729 agregó en 2014 un nuevo artículo, el 64°, al Código del Trabajo chileno, donde señaló que “en los establecimientos que atiendan público a través de garzones, como restaurantes, pubs, bares, cafeterías, discotecas, fondas y similares, el empleador debe sugerir, en cada cuenta de consumo, el monto correspondiente a una propina de a lo menos el 10% del mismo, la que debe pagarse por el cliente, salvo que éste manifieste su voluntad en contrario”.
En la norma vigente, la obligación del empleador es “sugerir” al cliente una propina correspondiente al menos a un 10% del total de la cuenta de consumo. Tal obligación debe cumplirse mediante la indicación de una cantidad precisa de dinero, cálculo que debe ser consignado en la respectiva cuenta, un documento extendido por escrito y distinto a la boleta que se otorga para fines tributarios. Puede ser en efectivo, débito o crédito.
Mercado Pago se adelantó al cambio social en Argentina
Mercado Pago, la billetera virtual de la e-commerce argentina Mercado Libre, lanzó en paralelo al anuncio del gobierno de Milei una funcionalidad de propinas en su aplicación, pero con tres caminos: aportar la recompensa en la cuenta del comercio, en la cuenta de cada mozo o en una cuenta “pozo común” de los trabajadores, creada para tal fin.
Para el caso particular, cada empleado cuenta con un código QR propio para que no se preste a confusiones, así entonces el comensal evalúa la atención en específico. Luego, el dinero se acreditará en la cuenta personal del trabajador.
En el caso del comensal, el pago de la propina se debita del saldo de su cuenta digital hasta por un máximo del 15% del ticket.