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Un adolescente de 14 años en Ecuador fue sentenciado a cuatro años de internamiento institucional por agredir sexualmente a su prima de 4 años en Nueva Loja, Sucumbíos. La jueza ordenó educación sexual y terapias para el agresor, así como también para la víctima. El hecho ocurrió el 25 de febrero, cuando el agresor obligó a su prima a realizar actos sexuales en el baño. Fue el hermano de la víctima quien descubrió el abuso y alertó a su madre. La niña fue llevada al hospital y se activó el código púrpura. El caso fue testificado por varios involucrados, resultando en la sentencia y medidas de protección para la víctima.

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La justicia de Ecuador sentenció a cuatro años de internamiento institucional a un adolescente de 14 años por agredir sexualmente a su pequeña prima, en la ciudad de Nueva Loja (Lago Agrio), en la provincia amazónica de Sucumbíos, fronteriza con Colombia.

La jueza del tribunal ordenó al procesado la asistencia a programas de educación sexual, así como a terapias de rehabilitación psicológicas y familiares, con el objetivo de corregir ese tipo de actuaciones.

Estos procedimientos serán llevados a cabo por los psicólogos del Centro de Adolescentes Infractores (CAI) Virgilio Guerrero, donde guarda internamiento el culpable.

Además, en la resolución del caso, la magistrada dispuso que desde el Ministerio de Inclusión Económica y Social se gestionen las terapias psicológicas que la víctima debe recibir durante seis meses.

La niña, de 4 años, también fue incluida en el sistema de protección de víctimas y testigos de la Fiscalía, según indicó esta institución.

El grave caso en Ecuador: adolescente atacó a su prima sexualmente

Los hechos ocurrieron el pasado 25 de febrero, día en el que la madre de la víctima aseguró que ésta fue ultrajada por su primo en su propia residencia.

Todo ocurrió cuando el condenado la llevó al baño, donde la obligó a realizar actos sexuales.

Fue el hermano de la víctima, de 12 años, quien -al notar que su primo se demoraba- fue a buscarles al baño y vio a su hermana salir del cuarto en lágrimas.

Sin embargo, ella no quiso responder a ninguna pregunta, ante el temor de que su madre la castigase, según indicó a su hermano. Esto, en referencia a la amenaza que utilizó el agresor para asegurar su silencio.

Ante la situación, el niño informó a la madre de lo que había sucedido, y lo corroboró cuando testificó en el juicio.

La progenitora llevó a su hija al hospital donde, ante la posibilidad de la existencia de una agresión sexual, se activó el código púrpura y se alertó a la Policía, que detuvo al adolescente.

En el caso testificaron la madre, su hijo, el agente de policía que participó en la detención, los peritos de entorno social, el psicólogo y el médico que atendieron a la niña en el hospital.