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El gobierno del estado de Río de Janeiro lanzó una vasta operación policial en diez favelas de la zona oeste de la ciudad para frenar la "guerra" entre traficantes y milicias parapoliciales en la región. Unos 2.000 agentes de distintas fuerzas del orden participan en la incursión en favelas como Ciudad de Dios, Gardenia Azul y Río das Pedras. La ofensiva busca acabar con la violencia desatada entre tráfico y milicias, con el objetivo de recuperar el orden en la región. Tres sospechosos han sido detenidos hasta el momento, y la operación ha retirado barricadas en Ciudad de Dios, facilitando la circulación. La acción cuenta con el respaldo de empresas de servicios básicos. El gobernador Cláudio Castro, alineado con la extrema derecha, busca desarticular las facciones criminales que operan en la zona.

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El gobierno del estado de Río de Janeiro (Brasil) lanzó este lunes una vasta operación policial en diez favelas de la zona oeste de la ciudad para frenar la “guerra” entre traficantes y milicias parapoliciales en la región.

Unos 2.000 agentes de la Policía Militar, Policía Civil y otras fuerzas del orden participan en la incursión, según el gobierno, en favelas como Ciudad de Dios, Gardenia Azul y Río das Pedras, cercanas al lujoso barrio Barra da Tijuca.

La ofensiva, que no tiene fecha para terminar, busca “acabar con la guerra desatada entre tráfico y milicia en esta parte de la zona oeste de Río”, afirmó al amanecer el gobernador Claudio Castro.

“Es un área que el Comando Vermelho (CV) ha intentado recuperar de las milicias”, agregó Castro, en referencia al principal grupo narcotraficante de Río.

“No hay lugar donde el poder público no entre. Trabajaremos para retomar el orden en esta región“, añadió el gobernador.

En la favela Ciudad de Dios, mundialmente famosa por la película homónima de Fernando Meirelles (2002) y bajo dominio del CV, había una fuerte presencia policial el lunes por la mañana, incluidos agentes del batallón de élite de la policía militar (BOPE).

Las primeras horas transcurrieron sin enfrentamientos y la población parecía seguir su vida normalmente.

Este tipo de operaciones son frecuentes en las barriadas de Río, donde la policía suele enfrentarse a tiros con traficantes y la población sufre en medio del fuego cruzado. Especialistas critican su abordaje, alegando que tiene una baja eficacia contra las organizaciones criminales.

La zona oeste de Río es la cuna histórica de las llamadas milicias parapoliciales, grupos armados que extorsionan a los habitantes a cambio de “protección”, controlan servicios básicos y en los últimos años también incursionaron en el tráfico de drogas y armas.

Al menos 3 sospechosos detenidos tras megaoperativo en favelas

Tres sospechosos han sido detenidos hasta el momento, según el balance preliminar oficial.

“Las fuerzas de seguridad han hecho un excelente trabajo debilitando a las milicias. Pero hay un escenario de guerra en estas zonas, que sabemos que perjudica a los residentes”, dijo el gobernador de Río, Cláudio Castro, al acompañar el inicio del operativo.

Castro, defensor de una estrategia de mano dura contra el crimen, insistió en que su administración trabaja para “restablecer el orden”.

En Ciudad de Dios se han retirado barricadas que impedían la libre circulación de vehículos.

En la acción participan también aeronaves, drones con reconocimiento facial, decenas de coches patrulla y motocicletas, y una ambulancia.

Las 10 favelas en que se realiza el megaoperativo

La operación es por tiempo indeterminado y, además de Ciudad de Dios, involucra también a las favelas de Rio das Pedras, Muzema, Morro do Banco, Gardênia Azul, Sítio do Pai João, Terreirão, César Maia, Fontela y Tijuquinha.

En Río operan bandas de narcotraficantes y grupos parapoliciales, formados por agentes o ex agentes corruptos, que controlan diversas barriadas de la ciudad, donde se dedican a la venta de drogas y armas, y hasta cobran por servicios básicos a los vecinos.

De hecho, la acción de este lunes cuenta con el apoyo de las “concesionarias de energía, agua y gas, así como de las empresas de telecomunicación”, según el Gobierno de Río.

Castro, un dirigente político alineado con la extrema derecha que lidera el expresidente Jair Bolsonaro (2019-2022), se ha marcado como principal objetivo de su mandato descabezar a las principales facciones que operan en la región.