División política interna, crisis económica y tradición de las Fuerzas Armadas bolivianas. Estos serían los antecedentes que explicarían el "intento de golpe de Estado" que se produjo este miércoles en el país altiplánico. La irrupción del Ejército en el Palacio Quemado no sólo provocó un rechazo por parte de los partidos nacionales, sino también de presidentes y exautoridades de toda América Latina.

Analistas internacionales explicaron la crisis que se desencadenó este miércoles en Bolivia, luego que una fracción de las Fuerzas Armadas irrumpiera en el Palacio Quemado.

El ahora excomandante en jefe del Ejército, Juan José Zúñiga, lideró a los uniformados que cerraron la Plaza Murillo y llamó a “reestructurar la democracia”.

Desde el Gobierno boliviano acusaron un “intento de golpe de Estado” por parte de este grupo, lo que provocó una ola de reacciones de presidentes y exmandatarios latinoamericanos. Por ejemplo, el chileno Gabriel Boric señaló que “no podemos tolerar ningún quebrantamiento del orden constitucional legítimo”.

Pero, ¿qué factores causaron estos acotamientos? Para Samuel Fernández, analista de la Universidad Central, juegan un rol esencial “las diferencias políticas internas entre Evo Morales y el presidente Luis Arce”.

“La división entre ellos está por la toma de poder. Morales ya cumplió todos los períodos y, a pesar de que está prohibido por sentencias y por la Constitución, quiere volver. Esa es la pugna: quién va a ser el representante del Movimiento al Socialismo (MAS)”, detalló.

Cabe recordar que las próximas elecciones presidenciales de Bolivia están previstas para agosto de 2025. El exmandatario Evo Morales ha manifestado en reiteradas oportunidades su intención de volver al Palacio Quemado, que ya ocupó durante 14 años entre 2006 y 2019.

A pesar de lo anterior, una resolución del Tribunal Constitucional lo inhabilitó. ¿Cómo? Anuló la figura de reelección indefinida que permitió al líder indígena repostularse en 2019.

De acuerdo a Samuel Fernández, el presidente Arce sale fortalecido de esta “movilización irregular” del Ejército, ya que “hay un apoyo transversal de todos los sectores políticos y han cambiado al alto mando militar”.

“Eso refleja que esto se debería estar superando sin muertos ni confrontaciones, aunque va a dejar secuelas que no las vamos a ver en lo inmediato”, sostiene el experto.

Por otra parte, agrega otro condimento a este conflicto: los problemas económicos que se arrastran desde hace meses, los que involucran falta de dólares y encarecimiento de algunos productos como alimentos y combustibles.

Tradición de las Fuerzas Armadas en Bolivia

El académico del Instituto de Estudios Internacionales (IEI) de la Universidad de Chile, Gilberto Aranda, pone otro factor sobre la mesa: la tradición de las Fuerzas Armadas en Bolivia.

“las Fuerzas Armadas en América Latina no han perdido su calidad de actor político. Antes llegaban al poder por medio de golpes directos, pero ahora muchas están muy cerca de este por invitación”, indicó.

En el caso boliviano, Aranda expone que “hubo un proceso de omnipresencia entre 1920 y 1980. Posteriormente, hubo una gran inestabilidad política donde participaban las Fuerzas Armadas. Quizá el único proceso de mayor estabilidad fue el de Evo Morales, que erosionó su legitimidad después de 14 años”.

En todo caso, el especialista cree que el Ejército y las demás ramas castrenses no se han alejado nunca del poder. “Es fuerte lo que voy a decir, pero las Fuerzas Armadas son parte de la élite gobernante en muchos países de América Latina”, aseveró.

En ese sentido, además de la división en el MAS y la crisis económica que atraviesa el país altiplánico, considera que hay que remontarse al 2019 con el “golpe blando” a Morales.

“Las Fuerzas Armadas invitaron al presidente a salir del país. Es un presidente que, probablemente, había visto erosionada su legitimidad, pero (las Fuerzas Armadas) no pueden convertirse en árbitros”, expresó el analista.